Piel de alcornoque

Tal como se desarrollan las cosas, hasta pienso de que -quien accediera a la plaza de Registrador de la Propiedad con el número uno de su promoción, y presidente del Gobierno en funciones- Mariano Rajoy, se está transformando en un corcho político balanceado sin destino sobre las turbulentas aguas de la corrupción estructural del Partido Popular, que él también preside.
Dijo recientemente el portavoz del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso de los Diputados, Rafael Hernando Fraile, refiriéndose a la peste que contagia a su formación, que "lo malo no son los casos de corrupción, lo malo es que ésto en el pasado se tapaba". Y lo dijo como si se estuviera refiriendo a algo que fuera ajeno a ellos, cuando el Partido Popular y sus dirigentes están en el epicentro de todas las tramas corruptas allí donde gobernaron.
Creo que Pedro Sánchez, líder del Partido Socialista Obrero Español, no va a lograr los pactos para conseguir la formación de Gobierno y habrá unas nuevas elecciones; pero si hay algo en lo que lleva razón es que el Partido Popular, conMariano Rajoy y todo su equipazo de colaboradores inquebrantables, necesita un tiempo de reflexión en la oposición parlamentaria para purgar las penas por los hechos corruptos cometidos, amparados o silenciados.
Podría ser un tiempo de reflexión voluntario, si tuviésemos políticos decentes y a la altura de cualquier país democrático de nuestro entorno, o un tiempo de reflexión obligado a golpe de imputaciones y sentencias judiciales.
No se puede pactar con la piel del alcornoque.



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