El vicesecretario de comunicación del Partido Popular, el joven y ya viejo Pablo Casado, en sus últimas intervenciones ante los medios, desbordado por los acontecimientos que previsiblemente manden a su formación a la oposición parlamentaria, pide la ayuda de los hasta ahora denostados socialistas Felipe González, Alfredo Pérez Rubalcaba y José Luis Rodriguez Zapatero, para que intervengan ante Pedro Sánchez y le convenzan (por el bien de España) de que decline (como declinó temporalmente en otro sentido Mariano Rajoy) formar alianza con Pablo Iglesias, "el músico", líder de Podemos.
La vicepresidenta en funciones del Gobierno, Soraya Saenz de Santamaría, apela a los llamados barones del Partido Socialista Obrero Español -antes denostados por el PP en cada una de sus circunscripciones- para que en el próximo comité federal socialista frenen las ansias de Pedro Sánchez de pactar con "el músico" para conseguir llegar a la Moncloa.
Los medios de comunicación afines a la derecha radical y ultra liberal, los medios que apoyan sin fisuras al Partido Popular, buscan la intervención en sus espacios políticos de socialistas históricos -a los que antiguamente trataron con desprecio- que, por unos u otros motivos de difícil justificación, no se ven representados por la actual dirección del partido. Un ejemplo de estas maniobras son las continuas intervenciones -presenciales o telefónicas- en TV13 (propiedad de la Conferencia Episcopal) de José Luis Corcuera (ex ministro del Interior), Francisco Vázquez (ex alcalde de La Coruña) y Joaquín Leguina (ex presidente de la Comunidad de Madrid).
Hay muchos intereses en juego (se calcula unos tres mil puestos directos) y muchos nervios. Todo vale. La derecha española no consigue conciliar el sueño desde que "el músico" declaró abiertamente que quería ser vicepresidente con el último malo del PSOE, Pedro Sánchez.