Ya se ha hecho pública la decisión de la directora del Centro de Arte e Industrial de la LaBoral Rosina Gómez-Baeza. Abandonará su puesto el próximo día 15 habiendo decidido irse antes de que el lunes el nuevo comité directivo, en el que manda lógicamente el gobierno autonómico, la despidiese, o sea, no aprobase la renovación de su contrato. Era de esperar. La asturiana vino de la mano del vice consejero Jorge Fernández León como un importante fichaje -cierto que es una gran profesional- con el visto bueno del jefe Vicente Alvarez Areces. Poco a poco, como era de esperar, Francisco Alvarez-Cascos va desmontando los andamiajes del anterior gobierno. Parece ser que en cuanto a  Jorge Fernández León, persona que ha tenido mucho que ver en la actividad cultural y de comunicación en Asturias en los últimos años desde su despacho de la calle de Fruela, vuelve como funcionario que es a la Fundación Municipal de Cultura del ayuntamiento de Gijón. La cuestión es que hará el nuevo gobierno de Asturias con La LaBoral y la empresa pública RECREA que la dirigía. Al final, al frente de ella, estaba otra persona muy de confianza de Alvarez Areces, el director general de Patrimonio José Luis Vega, ahora elegido en las última consulta autonómica alcalde de Corvera donde ya lo había sido años atrás. En mi opinión la LaBoral ha tenido una programación controvertida con buenos éxitos junto a grandes fracasos. El gran bombazo cara a su futuro puede que lo esté rumiando en estos momentos el presidente del Principado en el sentido de que muy bien puede instalase en ella la futura universidad politécnica de Asturias, uno de los proyectos estrella del jefe del Ejecutivo, que espacio vacío, aulas incluidas, hay para dar y pudiéndose compenetrar además con las cercanas instalaciones que la Universidad de Oviedo tiene frente a ella. Desde siempre, conciertos y exposiciones aparte, la vieja Universidad Laboral construida en su día por el conocido como “León de Fuenjirola”, el ministro de Trabajo franquista Girón de Velasco, es tan monumental y grande que nadie fue capaz de utilizarla más allá de un 30 0 40 por ciento de su capacidad. Su vida pasa ahora por dos escuelas universitarias y la curiosidad del turista y, por supuesto, su mantenimiento no es moco de pavo para una Administración que pagamos todos los asturianos.

Me queda también la duda sobre que hará Francisco Alvarez-Cascos y su equipo con el despacho oficial de la presidencia que allí se puso su antecesor y que, la verdad, ocupó pocas veces. Creo incluso que no llegó a hacerse en la LaBoral ninguna reunión del consejo de Gobierno. Duda también el presidente actual que hacer con las instalaciones de la RTPA que ocupa el antiguo convento y no son muy apropiadas para esa función además de estar fuera de mano. Claro que supongo que no le dará un disgusto a la alcaldesa Carmen Moriyón quitándole la producción de la “caja tonta” y situándola en un lugar más idóneo, por ejemplo, en el parque tecnológico de Llanera, en los edificios que como el del IFR pronto quedarán vacíos. Era en dicho parque donde en un principio estaba prevista la instalación de los estudios centrales de la tele y radio autonómicas. En cuanto al hotel de 5 estrellas que iba a construir -de hecho comenzaron las obras- perteneciente a la cadena de Antonio Catalán, la AC, me da el pálpito que nunca llegará a inaugurarse, tal como están las cosas.

En todo caso hay que aprovechar el buen entendimiento que parece haber entre Francisco Alvarez-Cascos y Vicente Gotor, Rector Magnífico de la Universidad de Oviedo. Se también por lógica que si la universidad politécnica de Asturias va para adelante no tendría definitivamente sentido que la Escuela Superior de Ingenieros de Minas continuará en la ovetense calle de Independencia -de hecho lo lógico es que se hubiera ido para el nuevo campus universitario de Mieres- pero ¿Quien le pone este cascabel al gato?.

La LaBoral y el centro cultural Niemeyer son dos asignaturas pendientes del nuevo gobierno inexorablemente camino de sus primeros 100 días y de afrontar unas elecciones generales pero, dicen, a Francisco Alvarez-Cascos como buen cazador/pescador que es suele no temblarle el pulso -a matado leones y elefantes en Africa- así que a ver que hace