La contratación temporal creciente es nefasta consecuencia de la reforma laboral. Reforma laboral que tiene como objetivos principales convertir en estructural, es decir, en permanente, la conversión progresiva de los contratos indefinidos en contratos temporales, la precariedad laboral y la rebaja salarial, que se llevan aplicando desde su promulgación.
Pero lo que revelan los datos de empleo es un hecho más grave todavía. Que la duración de los contratos temporales en la industria está disminuyendo continuadamente. En 2008, la duración media de los contratos en el sector industrial llegaba a los 188 días, es decir, más de seis meses; sin embargo, en 2015, es de 58 días, no llega a dos meses. La tasa de temporalidad ha aumentado hasta el 20,1%. Sin embargo, la tendencia a la baja se mantiene. Y así mismo ha crecido la rotación por cada puesto de trabajo, es decir, ha subido el número de contratos pero ha caído su duración y, por tanto, hay menos empleo.
La gravedad de este deterioro del empleo en la industria es importante porque este sector sigue manteniendo empleos de mayor calidad que el resto de los sectores. Es un sector que necesita mayores cualificaciones laborales y experiencia profesional. Y ello porque la industria sigue siendo determinante en la economía productiva y en el empleo de calidad, aunque su peso proporcional en el empleo y en el PIB sea actualmente bastante menor que el sector servicios. Es una grave amenaza para la fortaleza industrial española que forma parte de la intervención y el saqueo por parte de Washington y Berlín al que España está sometida.
En este último periodo se está produciendo una caída en la duración de los contratos en el sector industrial mucho mayor que en los otros sectores. Las consecuencias de la reforma laboral han golpeado ahora a la industria, es la que más ha perdido y es la que más tiene que perder. En los otros sectores, principalmente en el de construcción y en el de servicios, ya se ha dado la destrucción masiva de empleo temporal previamente. Hasta ahora el empleo en el sector era más estable; había menos contratos temporales y subempleo pero la reforma laboral golpea ahora más.
Recortes Cero tiene en su programa, entre otras medidas, la alternativa a esta paulatina sustitución de contratos indefinidos por contratos temporales, a esta continua destrucción del empleo estable y cualificado, y a esta planificada desaparición de una economía productiva y competitiva en España.
Necesitamos invertir 50.000 euros por empleo (100.000 millones de euros en total) para crear 2 millones de empleos de calidad, vinculados a la reindustrialización y modernización del tejido productivo, a las nuevas tecnologías y a las energías renovables.
Crear un Fondo Especial de Fomento del Empleo de 100.000 millones de euros, aportados por una Bankia Pública (50.000 millones) y los bancos que se han quedado con las cajas y el dinero del rescate (otros 50.000 millones). Necesitamos una gran banca pública al servicio de un Plan de reindustrialización y modernización del tejido productivo que genere nueva riqueza y acabe con el paro.
Y necesitamos un cambio de modelo productivo, pasando a uno basado en la innovación tecnológica y en los sectores industriales de alto valor añadido; y favoreciendo la inversión en sectores como: la industria agroalimentaria, las energías renovables, la construcción ferroviaria y naval o las empresas de base tecnológica.