Cataluña ya tiene nuevos parlamento y gobierno. España, nuevo parlamento a falta de elegir presidente del Ejecutivo pero el ciudadano de a pié comienza a estar más preocupado de lo debido en base al espectáculo que se está produciendo en nuestras instituciones con un decorado cada vez más claro de la apuesta por el independentismo en una de nuestras comunidades históricas: Cataluña.
En Madrid la primera sesión del Congreso en esta legislatura que puede ser la más corta de la historia de nuestra aún joven democracia, tuvo momentos esperpénticos con la entrada en el hemiciclo del grupo de Podemos con un Pablo Iglesias verdaderamente emocionado. Hoy mismo la diputada popular Celia Villalobos lanzó sus dardos verbales hacia los diputados que llevan rastas encendiendo, como no podía ser de otra manera, las redes sociales. El enfrentamiento entre el conservadurismo, los mas veteranos, y la postura rompedora, a la que algunos llaman innovadora, de los integrantes de los nuevos partidos va a ser permanente lo que, sin duda, quitará eficacia al nuevo parlamento por aquello de que las hojas no suelen dejar ver el bosque que es lo que verdaderamente debe de interesarnos.
De momento los más asentados para mi son los de Ciudadanos. Gracias a la capacidad negociadora de su líder Albert Rivera a dos manos, una hacia el PP y otra hacia el PSOE, se pudo constituir la Mesa de la Cámara baja que por vez primera la preside un diputado no del partido más votado, el socialista Patxi López que en su día fue lendakari con el apoyo del Partido Popular y que en su entrevista con el Rey Felipe VI le expresó no haberle gustado lo ocurrido en la primera sesión del Congreso, lo que me imagina ha sido también compartido por el jefe del Estado.
Observo a un PSOE desorientado con deseo por parte de su líder Pedro Sánchez de convertirse a toda costa en inquilino de La Moncloa para lo que necesita el visto bueno no solo de Ciudadanos sino de otros partidos, llamémosles anti sistema. La línea roja que le ha puesto a Mariano Rajoy y al PP aleja ya, y parece ser que de manera definitiva, la posibilidad de un gobierno estable que podría estar formado por el PP, PSOE y Ciudadanos, al menos en cuanto a votos se refiere, para que Mariano Rajoy esté otros cuatro años al frente del Ejecutivo.
Lo cierto es que observo al Partido Popular tocado, que no hundido, y su presidente cae para mi sorpresa en el más puro continuismo siguiendo con veteranas caras de su partido al frente del Senado y en la Mesa del Congreso en la que con tres puestos, incluída la vicepresidencia primera, tiene mayoría.
Quien no pierde el tiempo es Albert Rivera. Mañana mismo presentará a la Mesa sus primeras proposiciones no de ley entre las que destacada una para que sus señorías aprueben que "la soberanía nacional reside en el conjunto del pueblo español" en clara alusión al problema catalán y como primer torpedo a los independentistas que de momento en Barcelona ya dominan parlamento y gobierno. Para una vez que un periodista llega a lo más alto de la Generalitat
Reconozco que Mariano Rajoy como buen gallego que es no parece estar nervioso, o al menos lo disimula, y no se cansa de repetir que no pasará ni una a los independentistas, pero aquello es como un tren sin frenos lanzado contra la Constitución y que llegado el momento, no muy lejano, obligará al Gobierno español a tomar medidas drásticas.
España necesita un gobierno estable y fuerte pero tal como están las cosas surgidas de las urnas el pasado 20 de diciembre no creo que sea posible por lo que mucho me temo que habrá que adelantar las elecciones con lo que lleva de más teatro en las alturas y más cansancio para el sufrido ciudadano que empieza a ver como pasa el tiempo y sus problemas no se solucionan.