El próximo día 24 los periodistas celebraremos un año más la festividad de nuestro patrono San Francisco de Sales. Tal como van las cosas me temo que nuestro santo preferido deberá de volcarse en proteger a la profesión más que otros años ya que pese a que vivimos en una sociedad marcada por la comunicación y los medios cada vez más desarrollados no terminamos de levantar cabeza desde la crisis.
En Asturias somos más de 300 los profesionales de la comunicación, en su mayoría integrados en la Asociación de la Prensa de Oviedo con cien años de existencia y en el Colegio Oficial de Periodistas del Principado con un año de vida. El primero lo preside José Antonio Bron, responsable de comunicación de la Universidad de Oviedo, y el segundo Lucia Fraga, redactora de la delegación de Europa Press en nuestra comunidad.
Quedan lejos los tiempos, por ejemplo en 1980, en que en Asturias llegó a haber siete diarios todos en papel, no existía, por supuesto, internet- y dos Hojas del lunes, la de Oviedo y Gijón, además de una fuerte presencia de los diarios de Madrid que ya llegaban en el día por avión. Poco a poco importantes cabeceras fueron desapareciendo apenas compensadas por la aparición del periodismo en las redes sociales, los blogs y las ediciones digitales. Tampoco la aparición de una radio y televisión autonómicas sirvió de mucho a la profesión aunque hemos de reconocerles una cierta creación de puestos de trabajo. El paro continúa siendo alto y si no fuera por los puestos de trabajo para periodistas creados en la distintas administraciones la situación sería no dramática sino trágica.
Algunos intentos de nuevas medios, como diarios digitales o emisoras locales de televisión, no han cuajado y los que perviven lo hacen de mala manera y a base fundamentalmente del voluntarismo de jóvenes colegas recién salidos de la facultad. Sin embargo, pese al oscuro panorama que tiene nuestra profesión, la juventud, especialmente las mujeres, se siente muy atraída vocacionalmente para cursar la carrera considerada, por fin, como universitaria de primer nivel.
Asturias siempre ha sido tierra de buenos periodistas si bien muchos a lo largo de los años, como en tantas otras profesiones, han tenido que emigrar. No se ahora pero hasta hace poco me constaba que cerca de un millar de asturianos estaban estudiando ciencias de la comunicación en alguna de sus tres especialidades en las distintas facultades que hay por España. Lamentablemente la Universidad de Oviedo nunca tuvo interés por optar por esta especialidad pese a que la clientela la tenía garantizada. Si no recuerdo mal, allá por 1990, con ocasión de un congreso nacional de periodistas económicos en nuestra ciudad, tuve ocasión de intervenir en el acto inaugural celebrado en la Cámara de Comercio en mi condición de presidente de la Asociación de la Prensa y en presencia del entonces rector, el profesor López Arranz, solicitando la creación de una facultad de periodismo en nuestra universidad pero, claro, como tantas otras cosas cayó en saco roto. Luego, con el paso de los años y la fallida reactivación de las comarcas mineras, pensé que el desaprovechado campus universitario de Mieres sería un lugar idóneo para una facultad de periodismo pero observo que todos los intentos, hasta ahora fallidos como el traslado de la Escuela de Minas de Oviedo a la villa de Teodoro Cuesta, van en la dirección de especialidades científicas o tecnológicas. De un tiempo para acá tengo la sensación de que la universidad asturiana, que como la propia autonomía está en lenta decadencia y bajando cada año de alumnado, tiene algo olvidada su parte de humanidades. En abril habrá lección de nuevo rector y creo que va siendo hora de que sea algún profesor de humanidades, y no de ciencias, quien coja el testigo de Vicente Gotor.
Es triste ver como chavales con vocación e inquietudes tienen primero que estudiar periodismo fuera de Asturias y luego, tras el consiguiente esfuerzo, incluido el económico por parte de sus familias, irse a trabajar también lejos de la madre patria asturiana.
Algunos, ciertamente, son emprendedores y acogiéndose a la fórmula del autónomo ponen en marcha principalmente gabinetes de comunicación empresarial. Precisamente me llega la noticia de que uno de los colegas más competentes de Asturias en el sector de la economía y la comunicación empresarial, Federico de la Ballina, quien tras hacer un master en "El País" durante unos años estuvo en La Nueva España y luego en Duro Felguera, pone ahora en marcha un gabinete titulado "proActiva. Comunicación empresarial" en colaboración con otros colegas de Madrid y Valencia lanzándose a sus 50 años a esta apasionante aventura periodística de la que me da envidia. El profesional de la comunicación es como el buen paño. Metido en el arcón no sirve, hay que airearlo y proyectos como el de Federico de la Ballina me lo demuestran.
Aunque el impresentable de Dani Alves nos llame "putas" yo que he ejercido el periodismo durante más de 50 años creo que es una profesión vocacional y apasionante y que toda sociedad que quiera ser abierta, democrática y sana necesita cada vez más. Solo espero ahora que nuestro patrono, Francisco de Sales, nos proteja en este incierto 2016que iniciamos pero que, sin duda, estará lleno de noticias.