Cumpliendo con la tradición, os escribo esta carta plagada de buenos deseos individuales y colectivos:
- Que los partidos antisistema, salgan del sistema.
- Que Mas reciba una dosis de sentido común y amor propio.
- Que el controlado no designe al controlador.
- Que se aplique el lema “Un político, un sueldo”.
- Que si hay nuevas elecciones, Rajoy y Sánchez no sean candidatos.
- Que el sector público deje de ser la mayor empresa familiar del país.
- Que los políticos se jubilen como el resto de los empleados públicos.
- Que el Tribunal de Cuentas deje de contar cuentos.
- Que se exhume a Montesquieu y se recupere la división de poderes.
- Que los cambios de Gobierno no parezcan cambios de régimen.
- Que los programas de los partidos tengan el valor de un contrato y que no sean como los cines de barrio, que primero te hacen entrar y luego te cambian el programa.
- Que los políticos recuerden que en política no hay perdón, sino dimisión.
- Que los políticos recuerden que si a ellos les preocupan los tiempos, a los ciudadanos les preocupan los políticos.
- Que los políticos recuerden que la presión fiscal tiene un límite que, sobrepasado, genera pobreza.
- Que los políticos recuerden que la ética no enriquece económicamente, pero sí moral y espiritualmente.
- Que los políticos recuerden que la verdadera crisis es la crisis de la incompetencia.
- Que los políticos recuerden que la confianza es buena, pero el control es mejor.
- Que los políticos recuerden que la democracia es el gobierno del poder público en público.
- Que los políticos recuerden que la demagogia es la corrupción de la democracia.
- Que los políticos recuerden que la democracia no es un resultado, sino un procedimiento que debe ser respetado.
- Que los políticos recuerden que vale que gobiernen mal, pero por lo menos que gobiernen barato.
- Que los políticos recuerden que donde no llega la ley debe llegar la ética.
- Que los políticos sean conscientes de que cada vez cuesta más vivir peor.
- Que los políticos respeten las incompatibilidades.
- Que el personal eventual deje de tener la condición de empleado público.
- Que se supriman las subvenciones a los partidos políticos, a los sindicatos y a las organizaciones empresariales y que su importe se destine a mejorar las condiciones de vida de los más desfavorecidos.
- Que se preste la ayuda necesaria a los dependientes y a sus familias.
- Que se garantice el importe de las pensiones y su revalorización.
Sé que lo que pido es ambicioso, máxime partiendo de una pluma tan humilde como la mía, pero como decía Goethe: “Hasta el más pequeño cabello proyecta su sombra”.
No os voy a dejar plátanos de Canarias para que repongáis fuerzas, pero sí un montón de ilusión y de esperanza para que en el 2016 deje de haber dos tipos de españoles: españoles por el mundo y callejeros.
Feliz año 2016 y mucha salud para todos.