“Nosotros, los pueblos…” no debemos seguir consintiendo la barbarie de la pena de muerte y de las ejecuciones

Arabia Saudita sigue siendo uno de los países donde cada día se vulneran los derechos humanos mientras  -poderoso caballero es don dinero- los demás países miran a otro lado y, con la codicia  de las grandes obras públicas o del suministro de combustibles, siguen soslayando sus gravísimos dislates.

La barbarie de Arabia Saudita ha llevado en estos últimos días a ejecutar a más de cincuenta personas “de una tacada”. Y no pasa nada. Europa omite exigir el cumplimiento del artículo 2º de su Carta de Derechos Fundamentales… porque es una unión estrictamente monetaria… y porque el Partido Republicano de los Estados Unidos sigue aplicando la pena capital en los Estados en los que gobierna. Y, por tanto, mientras en Texas sigan ejecutando, ¿cómo podremos recriminar a los de Arabia Saudita?

Merecen la frase terrible de Albert Camus: “Les despreciaba, porque pudiendo tanto, se atrevieron a tan poco”.

Clamor popular para que las Naciones Unidas, marginadas por los “globalizadores”, sean refundadas sin dilación y actúen con diligencia para que la pena de muerte sea pronto un amargo recuerdo.



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