Gracietas, ocurrencias y virtuosismos



 El pretender justificar la ausencia de ideas y/o soluciones con la ridícula presencia de nuestros líderes en los platos de TV, no pasa de ser una vulgar estratagema  para intentar incrementar el número de votos en las próximas elecciones generales del 20-D. Nadie con dos dedos de frente puede considerar que por conducir un cochecito (Rivera), encestar un balón (Sánchez), destrozar una canción (Iglesias) o darle una colleja a un hijo (Rajoy), mitigará el insufrible y vergonzoso 22% de paro, la desastrosa gestión de la Enseñanza y Sanidad o erradicar la corrupción. Podrían tolerarse semejantes idioteces si en paralelo, cada uno  de estos sesudos políticos, tras obsequiarnos con su particular gracieta, ocurrencia o virtuosismo, aportara dos o tres medidas eficaces para colaborar en la solución de los problemas apuntados..

     En las presentes elecciones generales, los mítines de polideportivo a militantes convencidos y con autocar incluido ya han perdido toda  eficacia, están caducos y no motivan ni a los más fieles, y menos aún el tenar que tragarse las bondades de un programa que en muchas ocasiones tampoco se cumple. Ahora, lo suyo, es engatusar incautos a través de las cámaras de televisión.


     Con la confusa información que aporta la proliferación de encuestas, todo parece indicar que el enemigo a batir en el debate a cuatro del próximo día 7 de diciembre, no es la representante del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría (sustituta del mega ocupado y asustado Rajoy), sino al líder de Ciudadanos, Alberto Rivera.


     Partiendo de la base de que gran parte de lo que aparece en la caja idiota es asumido sin críticas y reconociendo que nuestros índices de lectura son paupérrimos, fácilmente se deduce que  lo demandado por la ciudadanía son imágenes, con lo cual, todo lo demás, incluidos los debates, está sobrando. En general el español detesta hablar de política y ya no digamos la juventud que pasa olímpicamente del tema. Prueba evidente de ello es el  número de sesiones parlamentarias visionadas a lo largo del año, prácticamente ninguna, comenzando por los propios diputados, que son los primeros ausentarse o incluso no comparecer a las citadas sesiones


     Sin la menor duda, al menos en España, el parlamentarismo está fallando y las intervenciones de sus señorías, salvo raras excepciones, dejan mucho que desear. Lo cierto es que se muestran mucho más sinceros apareciendo en un programa de variedades que soltando una perorata en el hemiciclo. Si en cualquiera de nuestras cadenas más visitadas se presentase un “Master-Chef" con la participación de los aspirantes a la Moncloa, sin la menor duda el primero en apuntarse sería Rajoy, los índices de audiencia resultarían desbordantes y el éxito garantizado. El empecinamiento de seguir ofreciendo más de lo mismo es un craso error. Concluyendo: los políticos deberán abandonar la persuasión, la mayoría aburren a las ovejas, pasando a ejercer la seducción, si bien hay que reconocer que en esta faceta don Mariano lo tiene un poco jodidillo...

 

Nota: aunque este artículo tiene fecha 1º de diciembre, fue escrito el 29 de noviembre



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