Y no creas que estoy financiada por el Lobby de la Marihuana -creado recientemente a raíz de su legalización en varios estados de EEUU y Canadá- que está viendo en el mercado del cáñamo un filón virgen a explotar, desde plantaciones a nuevas profesiones (catador, manicura de cogollos, cocineros especializados, bebidas derivadas, investigación terapéutica…) Por no hablar del dinero negro que pasa a ser de curso legal y el ahorro de recursos estatales que pueden ser destinados a la investigación y la sanidad. Para EEUU se trata de un nicho económico emergente, un nuevo modelo de negocio. Y no lo dudes, tarde o temprano todos iremos detrás.
Uruguay y Méjico, este último el segundo productor mundial de cannabis tras Marruecos, no tuvieron duda tampoco en cuanto a regular su siembra, cultivo y el uso recreativo. Solo en Méjico, la lucha contra el tráfico de drogas ha sembrado de muertes el territorio, más de 80.000 desde 2006. Un tráfico que daba una ganancia anual de casi 40.000 millones a los cárteles. La regulación en estos países pretende, además, acabar con la financiación de los narcos, la violencia y el crimen organizado.
Regular supone también combatir el fraude fiscal y la corrupción, aumentar el PIB y descriminalizar a los millones de consumidores de esta planta que ya era utilizada por el ser humano desde la Prehistoria con distintos usos. Porque estamos hablando de regular su uso recreativo, pero uno de los más importantes, reconocidos y generalizados que tiene es el terapéutico.
El alivio del dolor en casos de fibromialgia, cáncer, etc. tiene que realizarse en España casi a escondidas, dándose la contradicción de que una vez recetado por el médico solo puede adquirirse en el mercado negro o los clubes cannábicos, que actúan como farmacias en caso de prescripción facultativa.
Las asociaciones cannábicas llevan años funcionando en España en una situación de alegalidad que debería finalizar de una vez. Regular el cultivo y uso del cannabis es una cuestión de responsabilidad social. No puede ser un delito tener una maceta de Sativa para consumo propio, ni podemos convertir en delincuentes a las personas que producen lo que consumen, máxime cuando sabemos que el autocultivo disminuye el tráfico y por tanto la delincuencia organizada. El dinero destinado a su persecución podría destinarse a educación y prevención, la base para un consumo equilibrado. Y no teniendo que perseguir el autocultivo, habría más recursos para combatir las redes de narcotraficantes, el verdadero problema de la droga.
Izquierda Unida lleva hace tiempo la regulación en su programa, ahora lo han incorporado Podemos y Ciudadanos. Es normal que los dos primeros hayan recogido esta inquietud, pero que Cs lo lleve también solo puede significar que el Ibex 35 se lo está pensando o el Lobby está actuando. De cualquier forma y por primera vez, la regulación del cannabis forma parte –tibia- del programa electoral. ¡Esperemos que no quede todo en el postureo preelectoral habitual!
Para informarte de la situación te dejo aquí el enlace a la Iniciativa por la regulación del cannabis donde puedes adherirte, encontrar argumentos, documentos y opiniones para un debate abierto.