Todos los años por estas fechas mi compañero José Vélez y yo acudimos a Luanco para pasar una agradable velada con nuestro buen amigo el financiero Blas Hererro, propietario de las cadenas radiofónicas Kiss e Hit . Solemos acudir a Casa Nestor en donde ayer tuve ocasión de saludar al doctor Eduardo González y a su esposa, magníficamente recuperado del achuchón que tuvo y dispuesto de nuevo, en cuanto comience septiembre, a coger el estetoscopio. Blas Herrero, no voy a descubrirlo a estas alturas, es todo un personaje. Forjado a si mismo, primero en el sector de la leche y luego en el de la radiofonía, metió en vereda a la Telefónica, entonces propietaria de Onda Cero, y se convirtió en un personaje importante con residencia habitual en Madrid si bien ni él ni su esposa Rosa Vallina pierden su contacto con Asturias, pasando el mes de agosto en Luanco y en escapándose también a Oviedo en cuanto pueden. Rosa Vallina es una señora muy interesante, culta y muy bien informada, con la que ayer di un buen repaso a esta Asturias de nuestros amores. Recuerdo que cuando yo era joven, y ella y su hermana dos crías, su padre, el constructor Vallina, las llevaba al antiguo estadio Carlos Tartiere a ver al Real Oviedo ocupando asientos casi contiguos al mío. Eran los añorados tiempos en que el equipo azul estaba en primera división y no éramos, por tanto, la vergüenza actual.
Blas Herrero vive muy pendiente de su cadena de emisoras -siempre compra, nunca vende- diseminadas por todas las comunidades autónomas y a través de la fórmula musical que le diseñaron en su momento los norteamericanos innova constantemente como ahora va a hacer dentro de unas fechas. Tiene excelentes relaciones a nivel internacional y de una importancia que ni se imaginan pero, sobre todo, se muestra orgulloso de su amistad con el Rey Juan Carlos quien, de verdad, me consta, le tiene en gran afecto. Es también muy amigo del actual presidente del Principado Francisco Alvarez-Cascos y aunque últimamente se había rumoreado un distanciamiento entre ambos no es verdad, solo que Blas Herrero como listo que es digamos que se mantuvo en la distancia durante la reciente campaña electoral porque, aunque tenga buenos amigos en el gremio de los políticos, como la Cospedal, a cuya toma de posesión como presidenta de Castilla La Mancha asistió en Toledo, o Rodríguez Ibarra o Corcuera, por citar, no ha caído en el error de meterse en política. Blas es un emprendedor a quien en absoluto le molesta recordar sus inicios de repartidor de la leche que se producía en casa de sus padres. Amigo de sus amigos es consciente de que el triunfo, especialmente en los negocios y en lo económico, despierta envidias pero hace mucho tiempo que sabe estar por encima del bien y del mal no preocupándose en absoluto por las pequeñas miserias que muestran algunos ciudadanos de nuestra comunidad autónoma que no le pueden ver ni en pintura. Como a él le gusta decir medio en broma, “Lo importante es que estamos en antena”.