El mes de noviembre suele ser la época que creyentes y no creyentes más veneran o recuerdan a sus difuntos, y permítaseme recordar que el día 1, que este año cayó en domingo y se trasladó su festividad al lunes, día 2, han sido miles, mejor dicho millones, las personas que se desplazaron desde sus domicilios habituales hasta a sus lugares de origen – se habla de más de cinco millones de desplazamientos por carretera- para venerar a sus familiares y amigos difuntos . Es este un tema que está en la agenda de todos los Ayuntamientos , sea cual sea su ideología, y todos se preocupan que en todos los cementerios parroquiales del concejo la visita al campo santo se desarrolle con la dignidad que requiere y sin el menor obstáculo, y para ello los días previos se hacen aquellos trabajos que sean necesarios, ya el acondicionamiento de carreteras y caminos, instalación provisional de contenedores, aparcamientos provisionales , circulación fluida y demás faenas que la ocasión demande. Y que yo sepa nadie nunca ha cuestionado todo esto, a pesar que supone muchos esfuerzos y dineros al erario público.
Da la impresión que el anticiclón que protegía el Cantábrico y quizás la temperatura inusual para estas épocas – hubo días de baño en las playas asturianas- preparó la tormenta política y laica que azotó al Ayuntamiento de Gijón, con propuestas de IU,PSOE y Xixón sí Puede, durante seis días, concretamente del 11 al 17 de noviembre, día en que se reconduce la situación , merced a la sinceridad del grupo Xixón Sí Puede al reconocer que su propuesta de cambiar el nombre de una calle, la Merced, por otro nuevo, dedicado a la persona del primer alcalde de la Transición, don José Manuel Palacios, se había hecho sin la reflexión necesaria y sin consultar a los afectados, sus vecinos.
El itinerario de los hechos, si no me falla la información, es el que sigue. El Pleno municipal del pasado 11 de noviembre, festividad de San Martín de Tours, patrono de la ciudad de Buenos Aires entre otras muchas, debatía en su punto número 14 la propuesta de Xixón Si Puede, de otorgar una calle al ya citado alcalde socialista y la solución que se aprobó con el voto en contra de Ciudadanos y PP era cambiar el nombre de la céntrica calle de La Merced por el de don José Manuel Palacios. En ese mismo pleno se debatió el punto número 20 que era una propuesta de IU de incluir a Gijón en la red de municipios laicos y que fue desestimada al no obtener la mayoría absoluta para hacerlo, y también se debatió una moción presentada por el PSOE, con fecha 7 de noviembre, donde pedía que todas las ceremonias y actos que hubiera en el Ayuntamiento fueran laicos y no hubiera oficiantes, petición que también fue desestimada.
Acabado el Pleno , pasado el temporal laicista y aprobado lo que se tenía que aprobar, se pensaba que no habría más problemas, pero está visto que en la tramitación de un expediente municipal, por muy sencillo que parezca, puede surgir lo imprevisto, y esto es lo que paso, que apenas los vecinos y comerciantes de la zona se enteraron, se movilizaron y se sublevaron contra una decisión que no comparten y logran lo impensable y hasta ahora imposible, y es que pasado escasos seis días de su aprobación plenaria, las redes sociales, las pancartas, las protestas de los vecinos lograron su paralización - en el primer día ya habían conseguido 1.500 firmas- y que el propio grupo proponente de la Moción, Xixón Sí Puede, reconociera su error y retirase su propuesta, algo no frecuente en la vida política y que les honra dentro de su error o de su impericia, y es que como dijo su propio portavoz el señor Mario Suárez de Fueyo, en treinta años se han cambiado cincuenta y ocho nombres de calles y no hubo problemas- parece que afortunadamente los tiempos cambian y no todo es asentir- .
Pero lo que nunca ocurrió, puede ocurrir y más aún en política, y una vez más se demuestra que cuando la sociedad civil se moviliza en defensa de lo que cree justo no hay dique, ni muro que la frene, y es que como decía uno de los vecinos:” el nombre de la Merced es cosa de todos, forma parte de la memoria histórica de Gijón y de sus vecinos”.
Expuesto esto vaya por delante mi enhorabuena al vecindario y comerciantes de la Merced por la defensa que han hecho y hacen de lo suyo, y creo muy oportuno recordar unas palabras muy certeras de otro afectado cuando dice que un Ayuntamiento debe estar para solucionar problemas y no para generarlos, y al dictado de esto creo que lo mínimo que se debe pedir a un representante público es que respete la idiosincrasia de su ciudad, aunque no la comparta …Por último sólo me queda desear que la declaración institucional del pasado pleno del 11 de noviembre en Gijón en apoyo y defensa del Centro Especial de Empleo APTA sea una realidad.