La corrupción es un tema manido, actual, comentado de forma casi universal. Para nuestra desgracia está muy presente en esta sociedad. Muchas veces no obstante se comentan casos supuestos, de oídas, rumores no constatados, inclusosobre comportamientos no comprobados. Mezclada con la realidad objetiva aparece también la maledicencia.
Hoy hablaremos de primera mano, y hablaremos de corrupciones privadas. Mucho se difunden las corruptelas en la cosa pública, en las contrataciones y en el gasto de los fondos corrientes. Pero el nivel de indecencia es transversal, abarca toda la sociedad y está presente en todos sus estratos en alguna medida. Cuando se da el caso de un funcionario o un político corruptos es porque hay un corruptor empresarial y privado, del que poco hablan los medios de comunicación.
La corrupción privada es mayor que la del sector público y esto es así porque los controles son menores. Si los ejecutivos firman contratos lesivos para la empresa pero que a ellos les reportan beneficios, bien por aceptar soborno de la parte adjudicataria, bien por adjudicar a un testaferro… ¿quién los controla? Los accionistas suelen estar ajenos a estos detalles de la gestión. De las auditorias mejor no hablar, ¿recuerdan el caso de Lehman Brothers, el de Enron? Todo debidamente auditado, como Bankia…
Muchos son los jefes de compras que se enriquecen cobrando coima a los proveedores de su empresa. En estos casos la empresa paga un sobrecoste por los suministros, que realmente va destinado al corrupto, esto es, la empresa contratante es la perjudicada por su empleado deshonesto. Muchos son los encargados de obra que revenden materiales de la empresa, que subarriendan fuerza de trabajo, que hacen ñampas con el material y personal de la empresa…
Un buen día la corrupción privada llama a tu puerta, a tu empresa, y te hace un encargo sencillo. Para ti no supone ninguna irregularidad, ningún delito, pero asistirás en vivo y en directo al inicio de un proceso apestoso. El trabajo consiste en ir con una máquina cargadora sobre ruedas hasta una antigua escombrera de una mina ya cerrada y cargar el escombro en camiones, también contratados al efecto. Hasta ahí todo correcto, nadie te explica a dónde irá el escombro. Vas, cargas, facturas y santas pascuas. ¿Y a dónde va el escombro minero? Pues a una central térmica, privada, donde entra como carbón nacional cuyo precio está debidamente subvencionado. Según cuenta el transportista a cuya puerta también ha llamado la corrupción travestida de encargo honrado.
El negocio es redondo, se vende escombro a precio de carbón subvencionado; si la tonelada de carbón de Colombia cuesta 30 €, la de carbón autóctono se paga a 60€ por obra y gracia de las ayudas públicas.
Unas consideraciones acerca de quienes resultamos perjudicados por esta corrupción:
- Se dispara la contaminación: el escombro tiene muy poca materia combustible, así que no quema, resultan grandes cantidades de cenizas y escorias y además necesita ser regado con mucho fuelóleo. Así que se multiplica la contaminación resultante del proceso, lo que afecta a la salud de las personas y animales, al medio natural, a la agricultura, a la atmósfera y sus equilibrios…
- Se incrementa el gasto para la empresa, que compra un combustible que no es tal, no quema, no genera electricidad, hay que moverlo, molerlo, regarlo con fuel abundante y retirar muchísima escoria y muchísimas cenizas volantes de los electrofiltros..
- Se destruye empleo en minería. Se apropian de fondos públicos destinados a incentivar el uso de carbón autóctono con el objetivo de sostener el empleo, quedándose con esos dineros sin cumplir los criterios exigidos para las ayudas.
Los carbones son perfectamente identificables por su reflectograma, quizás por eso se eliminaron estos análisis que se hacían tomando muestras a la entrada de la central térmica. Sin estos controles se puede vender carbón importado haciéndolo pasar por nacional (caso “La Camocha”). También por medio de análisis se determina el poder calorífico y el porcentaje de cenizas, conociendo si es carbón o escombro. Así que están implicados en el fraude:
- Quien vende = el suministrador
- El encargado de compras de la central térmica
- Cualquier organismo de control privado o público que intervenga en el proceso
Cuando la corrupción llama a tu puerta, en ciertas ocasiones es posible hacerle frente y que el responsable de compras de la central térmica sea fulminado por la empresa. Algo es algo. Y este fue un caso real, para nada aislado del fraude generalizado que supone la minería del carbón, en especial la privada y sobre todo las explotaciones a cielo abierto.
Afiliado de EQUO desde sus inicios y de Los Verdes de Asturias desde 2006. En 2008 como Asistente Parlamentario en la Junta General me encargué de asuntos como El Musel, la Regasificadora, la minería a cielo abierto de oro y carbón, entre otros muchos asuntos.