Las cintas inaugurales, en el armario

Desde hace unos días la utilización de cintas inaugurales en actos oficiales están prohibidas por lo que nuestros políticos tan aficionados a salir en la foto cortando un trozo de las mismas para inaugurar una carretera o un pantano deberán esperar a que pase el 20 de diciembre.

En el caso de Asturias el último cargo oficial que nos visitó con promesas de poner en marcha lo antes posible el centro Stephen Hawking, hoy por hoy olvidado en Langreo y a medio hacer, fue una secretaria de Estado relacionada con los temas sociales.

Unos y otros tienen un montón de cintas inaugurales en el armario pero lamentablemente la mayoría de ellas están cogiendo polilla con el paso del tiempo y su nula utilización.

A nuestros políticos en vísperas de unas elecciones generales les hubiera gustado ofrecernos muchas realizaciones que lamentablemente son en este momento inalcanzables para ellos, sus partidos y, por supuesto, para los ciudadanos.

Al tripartido del ayuntamiento del Oviedo le hubiera gustado suprimir los 350.000 euros de subvención a la Fundación Princesa de Asturias; materializar la municipalización de la recaudación local, la venta del Asturcón y la utilización social y cultural de los terrenos de la antigua fábrica de armas de La Vega, entre otras muchas cosas.

El gobierno de Javier Fernández hubiera dado algo por inaugurar el soterramiento de las vías del FEVE a su paso por Langreo y, junto con el tripartito, tirar voladores en lo que será algún día, lejano sin duda, nuevo barrio ovetense asentado sobre los terrenos del antiguo HUCA además de inaugurar los accesos al Musel y conseguir que cualquier ciudadano en menos de tres días pueda ser recibido por un especialista en el nuevo HUCA o también pueda operarse de temas menores pero no por ello menos importantes como unas cataratas, por ejemplo.

Para el gobierno de la nación aunque Asturias no cuente apenas con su atención que duda cabe que a Mercedes Fernández los ojos se le volverían chiribitas si la alta velocidad fuera una realidad en el Principado.

Cierto que esta campaña electoral va a ser atípica tapada por el efecto Cataluña y es que los pesos pesados comenzando por Mariano Rajoy estarán mucho más pendientes de los deseos secesionistas de parte de aquella sociedad que de los problemas de atraso y pobreza que afectan a nuestra región. Si no fuera por ese empeño de Arturo Mas y los suyos ni Albert Rovira ni Pedro Sánchez y mucho menos Pablo Iglesias, hubieran tomado café en la Moncloa.

Aquí los asturianos, la verdad, estamos poco expectantes por saber quienes encabezarán las listas al Congreso. Lo más sorprendente dentro de un orden es esa reconciliación de la derecha con un Partido Popular que lleva camino de engullirse a Foro y de paso a Francisco Alvarez-Cascos. Creo que la lista popular estará encabezada por Carmen Maniega o Agustín Iglesias Caunedo aunque éste lo de los viajes al extranjero bajo el patrocinio de Joaquín Fernández le hayan dejado tocado la línea de flotación. Como Isidro Martínez Oblanca ha ganado las primarias en Foro será el número tres de la lista consensuada con el PP. Manuel Orvíz encabezará la de Unidad Popular, Adriana Lastra, emergente en el PSOE sin que sepamos cuales son sus méritos, es la número uno del partido de Pedro Sánchez, el tránsfuga Ignacio Prendes de Ciudadanos intentará conseguir un escaño aunque lo tiene muy difícil y Podemos busca un número uno de relumbrón tras las calabazas recibidas de Gerardo Iglesias ya muy mayor y con poco humor para volver al campo de batalla de la política activa.

Lo cierto es que vamos a tener difícil decidir a quien votar el 20 de diciembre pero, amigos, hay que votar. Aunque sea en blanco.



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