Rufino, un paisano irrepetible

Ayer acudí a La Felguera para asistir a la inauguración de la obra artística creada por Manuel García Linares para perpetuar la memoria de Rufino Roces, ciudadano ejemplar de Langreo, fallecido hace un año.

En la plaza de Antonio Fernández Velasco, amigo común que por su edad no pudo asistir, celebramos un emotivo acto en el que estuvo presente el alcalde de IU Jesús Sánchez, que siempre me recuerda a un vaquero de las películas de John Ford y que, desde luego, debe ser el único alcalde de Asturias capaz de mirar cara a cara, por su estatura, al Rey Felipe VI.

Amigos de Rufino Roces nos dimos, pues, cita ayer, recordando a este ciudadano ejemplar cuyo único bagaje fue cultivar amigos, su amor a La Felguera, a Langreo y a Asturias. María del Carmen Velázquez-Duro y Cardenal, marquesa de La Felguera, presidió la comisión de honor, acompañando a la familia de Rufino, su viuda Sara García, sus hijas Rosa y Paloma y su nieta Ana, que leyó unas sentidas frases sobre su abuelo que de verdad me emocionaron.

En el acto tuve ocasión de saludar a José Luis Alperi, secretario general del SOMA, al ex alcalde de Langreo Francisco González Zapico, al presidente del Centro Asturiano de Oviedo Alfredo Canteli, a la periodista Carmen Casal, que hizo la presentación del acto, a los miembros de la tertulia Los Quijotes a la que pertenecía el homenajeado, como Emilio Serrano, Fernando Delgado, Francisco Rodríguez A mi buen amigo el ex concejal socialista Vicente, a San Martín, recuperándose de un grave ictus, a mi querido colega Manuel Llana, por el que no parecen pasar los años, a Juan Quirós, promotor de los premiso Delfos de promoción del deporte y que el próximo año cumplen sus 25 años. El hombre está un poco quemado con el nuevo equipo de gobierno municipal ya que por primera vez el alcalde de Langreo les ha denegado la subvención venían recibiendo 1.500 euros- con el pretexto de que ahora solo se apoyará al deporte de base; al ex presidente de FADE Severino García Vigón, buen amigo de Rufino Roces, y a muchos langreanos y asturianos más que tuvieron la fortuna de tratar a este ciudadano ejemplar de Langreo que siempre acudía en ayuda de cualquier iniciativa en pro de una Asturias mejor.

Era de una modestia innata y a mi me lo van a decir que nos conocíamos desde hace, por lo menos, 40 años. El y nuestro amigo común Antonio Fernández Velasco me empujaron una y otra vez a escribir sobre Langreo y sus problemas. Fue uno de los pilares de la Sociedad de Festejos San Pedro y de la Fundación Marino Gutiérrez, del que fue gran amigo y colaborador. Jamás cerró las puertas de su corazón a nadie por cuestiones ideológicas y sociales y jamás también se quitaba la boina no porque quiera demostrar rebeldía y protesta sino porque como paisano asturiano puro y duro se sentía identificado con la tierra que le vio nacer y en la que vivió.

Yo que he cumplido 50 años ejerciendo el periodismo en mi tierra que es Asturias siempre tendré a Rufino Roces en el pensamiento agradecido por su ayuda y amistad. Por eso el homenaje que ayer recibió en La Felguera me emocionó como hacía mucho tiempo no sentía.



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