Punto de referencia

Entramos en la semana decisiva de la entrega de los premios "Princesa de Asturias". Como la heredera es aún muy pequeña acudirán sus padres, los Reyes de España, quienes presidirán el próximo viernes el solemne acto en el Teatro Campoamor con el ministro de Cultura como acompañante.

Dentro de ese río de descomposición social que parece afectar de un tiempo para ac a nuestro país, frente al Campoamor manifestantes expresarán democráticamente su protesta. Con la llegada de la izquierda al gobierno del ayuntamiento en un tripartito formado por Somos, PSOE e IU, las posturas respecto a los actos tradicionales que cada año se celebran en Oviedo, en especial los religiosos, se han radicalizado. En el caso de nuestro municipio menos mal que el alcalde Wenceslao López, veterano y sensato donde los haya, actúa como galga para que el carro municipal no se desboque. No ha accedido a que, como propuso la vicealcaldesa Ana Taboaba, un grupo de manifestantes anti premios "Príncipe de Asturias" se encerrase en el salón de plenos en protesta por el evento. Es como si los contrarios, los que mañana se presentarán en sociedad en el hotel Principado como plataforma pro premios, quisieran llevar su protesta a la catedral encerrándose en su interior.

El caso es que de un tiempo para acá observo que gran parte de nuestra sociedad está desnortada. No me extraña que el veterano senador popular Isidro Fernández Rozada, que me enseña una foto de su primera nieta mientras le cae la baba, me comente su gran preocupación por lo que está ocurriendo en este país que aún llamamos España.

Asturias es una autonomía pequeña y uniprovincial en la que en más de una ocasión ni los propios asturianos creemos. En un país cuya competitividad entre autonomías sobrepasa ya el sistema federal, Asturias poco tiene que hacer ya que además las distintas autonomías son cada vez menos solidarias comenzando por Cataluña que, está claro, quiere llevarnos al precipicio. Por eso nos es muy necesario tener cuantos más puntos de referencia mejor. Durante años creo que el más importante e internacional punto de referencia de Asturias fue el Descenso del Sella pero años después, con el inicio de democracia, aparecieron los premios "Príncipe de Asturias" llegando al actual punto en que el príncipe ya es rey y su esposa además es natural de Oviedo.


Otro punto de referencia en estos momentos es también el centro cultural Niemeyer en Avilés nacido como consecuencia de la vinculación del gran arquitecto brasileño con nuestra región tras ser distinguido con el premio "Príncipe de Asturias". Lo cierto es que este acontecimiento universal debería de servir para unir a los asturianos, no para enfrentamientos y politizaciones fuera de lugar. Quizás a la Fundación le falte cierta cintura para imbricarse más en la sociedad asturiana y no ser gran parte del año una opaca oficina de funcionarios. Es contrastable también que el nivel de asistentes al acto de entrega de los premios está bajando probablemente cansados muchos de ellos de la repetición de la entrega así como urge dar un vuelco al premio de Pueblo Ejemplar demasiado manipulado para que a estas alturas tenga el reconocimiento debido.

Pero la democracia es así y Dios me libre cuestionarla. El viernes, el alcalde Wenceslao López de punta en blanco estará con las autoridades en el escenario como representación suprema de la capital de Asturias mientras la vice alcaldesa Ana Taboada exhibirá la bandera republicana en la plaza de La Escandalera protestando contra la monarquía. En esa misma protesta el concejal de Cultura Roberto Snchez Ramos no la perderá de vista.



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