Esto que escribo es para mayores de cincuenta años y lo hago con todo mi pesar. Siempre iba por debajo de los años que mi DNI señalaba. Pero, esta noche, la realidad fue tan evidente que sobran hasta los comentarios.
Pasadas las ocho de la tarde, me encuentro con mi amigo Miguel que como yo, somos de Moreda de Aller, nos damos un abrazo. Debo deciros, que acaba de jubilarse de la ONCE, tras 34 años de servicio.
Me dice: "Estoy libre hasta las 10,15 de la noche que sale el último ALSA para el pueblin". Nos da tiempo - le digo - ver el primer tiempo del partido entre la Roma y el Barcelona.
Nos vamos hasta la cervecería Western City en la calle Campoamor que tiene varias pantallas y una casi tamaño de cine.
El ambiente propio de cuando hay fútbol. Sobre las nueve de las noche, se nos pegan un par de chavales, el acento les delata... son gallegos. Enseguida, la comunión fue total. Estaban de paso y su destino era Bilbao, pero que se enteraron de que había fiestas en Oviedo. Tenían pensado hacer noche en Santander y -hoy- dormirán en la pensión Alvarez aquí en la capital. Enseguida, los guiños y piques que si el Oviedo, Sporting, Depor y Celta. El peor que salió parado...el que escribe esto. El próximo domingo mi querido Sporting visita Riazor. Hubo mas que risas.
Mi querido Miguel casi pierde el ALSA. Luego, viene lo que me dio pie a escribir este pequeño articulo. Finalizado el partido, la pregunta del millón: tú -por mi- a dónde nos llevas ?
Lo que todo el mundo de la "capi" si le hacen la misma pregunta: " al casco viejo " fue, mi respuesta.
Uno de los dos gallegos, llevaba una pequeña mochila y el otro, vuelve a entrar en la cervecería. Regresa con una bolsa llena de cúbitos de hielo. Me comentan que si esta de paso la escultura de W. Allen que les gustarían sacar una foto. Varias, las que enviaron sobre la marcha a traves del movil.
Cuando entramos en territorio de la vetusta ciudad, bueno colega... te gusta el ron ? - me disparan. Claro, es lo que bebo - les respondo. En aquella mochila, ingenuo de mí, ocultaban un par de botellas de ron Negrita/Bacardí. Ahora, vamos a pedir unas coca-colas con hielo, luego nos servimos. Nos acercamos hasta el ágora de la Catedral dónde el DJ - de moda - Carlos Jean pinchaba la música enlatada.
Los vasos de plástico iban dar cobijo aquellos hielos traídos de tan lejos, a las "cocas" y al tesoro que iba salir a la luz de aquella mochila a la vera del monolito de la Catedral. Ya desde ahora, que me perdonen mis amigos de muchas lunas por lo que están leyendo. Ya se que os dije que paso de San Mateo, de los tumultos, de los vasos que si presionas te sale el hielo hasta salpicarte los tenis. Que si quieres ir a un baño, mejor cualquier penumbra. Pues todos esos, queridos amigos, perjuicios me los pasé por el arco del triunfo. Una noche que rompí no solo moldes, sino que se me acumularon todos los años que de verdad llevo encima. San Mateo ya no es para mi, la verdad que soy más de San Martín de mi querido y entrañable pueblo de Moreda de Aller. Los años no perdonan y mañana, no me verán pero estaré mas bien para caldos/sopas que para rones.
La culpa no la tuvieron este par de gallegos que se cruzaron en mi vida...sino el nacer en el pasado siglo.