Tarde de fútbol

Ayer acudí a Gijón para ver el partido entre el Sporting y el Valencia en el que los visitantes ganaron por la mínima, injustamente y en el último minuto. Sino fuera por el portero che, Pau, que debutaba en primera, el equipo valenciano se hubiera ido para casa con varios goles en su cuenta pero el chaval estuvo muy acertado y al final dijo que en su día había prometido a su abuelo que le vería jugar en primera aunque lamentablemente no llegó a tiempo.

A mediodía los bajos de El Molinón, a rebosar. Que gran acierto en su día haber ocupado los mismos con comercio y servicios hosteleros. El dueño de "La Casita del parque", restaurante cercano al estadio, me comenta que puso una vela a Begoña para que el ayuntamiento no prohibiese las corridas de toros. "Tuvimos un agosto lleno gracias a ellas".


En el Parador Molino Viejo saludo al allerano Eduardo Bayón a quien hacía años que no veía, desde que llevó la televisión de las comarcas mineras en Mieres. Sportinguista cerrado me presenta a su hijo que es escritor y se va a ir a Japón. Al fondo, el defenestrado Manuel Pecharromán me Joaquín saluda mientras toma un chupito. "Mucho carbayón hoy por aquí" me dice. Miro alrededor y solo me veo a mí. Dentro de El Molinón, el estadio casi lleno y como siempre magnífico ambiente. El presidente Antonio Veiga Suárez, todo un señor, atiende a un asiático que resulta ser uno de los propietarios del Valencia. Kim Job permite que le fotografíen desde todos los ángulos y hasta se funde en un abrazo con el psicoesteta de la selección nacional de fútbol Ramiro Fernández mientras el vicepresidente de la territorial Gonzalo González de Azkárate les mira con envidia dando cuenta de los excelentes pinchos que la intendencia del club pone a disposición de los invitados.

Me encanta saludar al gran Vicente Miera por el que desde luego no parecen pasar los años. Está en compañía de Joaquín mientras al otro extremo del palco un Carrete muy recuperado recuerda sus buenos años como jugador en el Valencia. Se guarda un minuto de silencio por el ex directivo Mariano Fernández Prendes, un gran tipo y sportinguista hasta la médula, y por Madriles en su día portero tanto del Sporting como del Oviedo. No se si será una impresión falsa por mi parte pero tengo la sensación que desde que cesó Amado hay otros aires organizativos en el club gijonés. Un activo Carlos Barcia es ahora secretario general del club y le veo muy centrado. Junto al consejero asiático del Valencia no somos nosotros los únicos que estamos colonizados- se sienta el veterano Sol, aquel gran defensa que tuvo el club che y que ahora es empleado del mismo.

Como en las grandes ocasiones al inicio del partido suena el himno del club, el que en su día compuso Falo Moro, y todo el palco se pone en pié como debe de ser. Javier Fernández, el vice e hijo del propietario del Sporting, José Fernández, se lamenta de las ocasiones que sus jugadores pierden ante la portería de Valencia. Tejada, el segundo de Abelardo, no para de dar órdenes desde la banda pero nada, ayer el Sporting tenía la suerte de espaldas. Al término del partido otro directivo che, este del país, me comenta que pese a la victoria habían jugado muy mal y que así no podían seguir. No se si el portugués Nuno comerá turrón.



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