Navidad y elecciones, desafortunada coincidencia

Solo el apelar por enésima vez al sentimiento del miedo y los magníficos datos macroeconómicos  según su versión,  constituyen los únicos soportes que le quedan al presidente del Gobierno para intentar continuar como inquilino de la Moncloa otros cuatro años más y lograr las dos legislaturas alcanzadas, incomprensiblemente, hasta por el lunático e iluminado Zapatero, quien al parecer seguimos retribuyendo con un sueldo de 150.000 euros anuales por haber destrozado España. De no conseguirlo, se cumpliría la profecía de cierto comentarista adjudicándole el título de "Mariano el Breve".

     Suponiendo que los populares consigan salir airosos de los comicios catalanes del 27-S, y no precisamente por los votos obtenidos en dicha Comunidad, lo que no parece excesivamente difícil tras el tropiezo del 3% de CDC y que García Albiol modere el tono en sus apariciones públicas, el Jefe del Ejecutivo, acérrimo enemigo de las improvisaciones, se propone celebrar unas “entrañables elecciones  navideñas”, demostrando a los españoles que una campaña electoral es perfectamente compatible con tan tradicionales fiestas cuyo regalo adelantado para todos los ciudadanos y ciudadanas será el anuncio de garantizarles otros cuatro años cargados de paz, tranquilidad, trabajo y prosperidad…¡¡aunque todavía queda mucho por hacer!! estribillo con el que nos martiriza en todas sus comparecencias.

     Casualmente y por primera vez coincidirán en España unos comicios generales con las navidades. Cabe pensar que el apurar la legislatura obedece a dejar aprobados los Presupuestos Generales del Estado y la reforma de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, a pesar de la justificada polémica que ha originado en todas las fuerzas de la oposición.

     La relativa originalidad de la fecha elegida, si se respeta la del 20-D, se presta, cuando menos, a una doble interpretación en cuanto al efecto que pueda generar sobre la intención de voto. Quizá la cúpula popular entienda que coincidiendo con la Navidad se genere un impacto positivo de euforia que incline el voto hacia su formación. En otro sentido también es posible que ocurra lo contrario al obligarse a gastar un dinero extra del que muchos no disponen. La sociedad está bastante saturada de campañas electorales y en tales fechas son muchos los que solo piensan en regalos, vacaciones, etc. El pretender vincular el incremento del consumo por la percepción de la paga extraordinaria con la intención de voto, en principio parece peregrino.

     Si resulta mucho más oportunista la decisión de abonar a los funcionarios una parte de los atrasos que se les deben en la segunda quincena de diciembre, siendo muy difícil el calcular hasta que punto el ingreso de un 26% puede incentivar el voto hacia el partido del Gobierno cuando no se trata de una gratificación especial. En sentido contrario imaginamos que los sabios de Génova habrán contado con que en esos dias un colectivo importante de votantes se desplaza a otras localidades donde no pueden ejercer su derecho al voto por no estar empadronados.

     En cuanto a la reciente entrevista que Rajoy mantuvo con Carlos Herrera (COPE), no aportó nada nuevo, sirviendo para que Herrero se marcara el tanto de haberla conseguido y que a su vez el presidente aprovechase para hacer campaña electoral. El que Rajoy manifestase su preocupación por la posible formación de una coalición post electoral anti-PP parece ridículo cuando se da por cierta. Solo se podría evitar en el caso de de que Podemos no trague con que sea Pedro Sánchez (PSOE) quien ocupe el primer puesto de la citada coalición y los podemitas tengan que limitarse a actuar como “acompañantes de señoritos”, por muchos cargos y prebendas que les prometan los socialistas.

     No obstante, si en efecto se produce el pacto PSOE-Podemos más todos los restantes partidos de izquierda, Rajoy y los suyos ya pueden irse despidiendo del Gobierno de la nación, para dedicarse al noble oficio de ejercer como real oposición durante los próximos cuatro años, siendo posiblemente el propio Rajoy el primero en abandonar la nave alegando que su avanzada edad así lo aconseja y acompañado por todos aquellos que ya tienen su porvenir solucionado económicamente y no tener que soportar lo que se les vendría encima.

     La formación conservadora ha cometido errores capitales y en lugar destacado la lacra de la corrupción, que muchos de sus simpatizantes no toleran ni  perdonan. El caso Punica está muy reciente,  unido a carecer de apoyos en todo el arco parlamentario con independencia de Ciudadanos que tampoco es seguro. Puede suceder también que el ex tesorero Bárcenas, tal como prometió, aporte documentación con nuevas irregularidades e implicando a altos directivos del PP. Quedan tres  meses largos para la votación y en política es demasiado tiempo para que ocurra de todo, aderezado con las complejas elecciones autonómicas catalanas a celebrar el 27 de septiembre.

     Lo que no ofrece la menor duda es que unos cuantos miles de políticos, con ideologías totalmente diferentes, jamás olvidaran las navidades de Diciembre 2015. Pasar del don Luis a Luisito es muy jodido. Para Rajoy podría significar el final de su dilatada carrera política si no obtiene la mayoría absoluta. Si repite, entonces será Pedro Sánchez (PSOE) quien se quemará otros cuatro años en la oposición, y en cuanto a Pablo Iglesias y Podemos, su líder ha caído en el viejo error de ignorar a las bases quienes le pagarán con la misma indiferencia, para terminar diluyéndose como un azucarillo...¡¡Tiempo al tiempo!!



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