No sé por dónde empezar, pues me faltan palabras para expresar lo que quiero y mostrar mi gratitud a las personas que con su conducta, con su hacer, han contribuido a que yo sea, y a que Lugones, Siero sean dos referencias básicas en mi vida, y es que los recuerdos de infancia marcan, muestran la ruta, condicionan nuestro futuro, y dentro de estos como no evocar aquellos subidas al cielo en lancha o las casetas del tiro en busca del llavero, la cajetilla de tabaco u otra “caxigalina” del momento y, ya más adolescentes, los coches de choque y las estrategias que uno se marcaba para golpear a la chica que le gustaba y oír el susto, el suspiro y la mirada agradecida, suave, vacuna de la supuesta agraviada y como no , para los más arriesgados y ambiciosos, no venía mal un paseo por la ruleta y sus sugerentes billetes de veinticinco, cincuenta o cien pesetas abrazados por gruesa goma. De aquellos escarceos juveniles surgieron después noviazgos y matrimonios que hoy son envidia y admiración de sus hijos. Eran las épocas del pudor, del respeto, de la sublimación y admiración de la mujer. Eran los tiempos del amor bien entendido, del amor que completa y proyecta a uno en el otro, del “tú” en el “yo”, del yo respiro porque tú respiras, no del amor fisiológico, perruno que hoy nos invade y alienta, y es que en aquel entonces todo sabíamos que lo más importante era la persona, ya sea hombre, ya sea mujer, y que la palabra “amor”, no era una palabra vana, hueca.
Han tenido que pasar años para que uno se diera cuenta que estaba en deuda con aquellas personas que han hecho y hacen posible que uno se divierta, que uno disfrute y pueda vanagloriarse de las experiencias vividas. Han pasado muchos años desde la época de la Gran Capitol y de la Marimbas y sus míticas canciones de “A Santiago voy ligerito” “Era la piragua, era la piragua…””La Bámbola” “No tengo edad…” “El orancután y la orancutana”… Hoy cuando uno las escucha se le abre la azotea del recuerdo y de pronto ve el templete de la orquesta, la gramola del Topu , la gracia del vocalista y la dedicatoria de sus canciones y ,entre canción y canción, el aviso tranquilizador de que entre los músicos se halla un niño de corta edad que dice llamarse Pepito…Todo esto que en aquel entonces nos parecía fortuito, improvisado, hoy uno descubre que ha sido y es fruto del trabajo callado, silencioso de muchas personas que llevan su generosidad al extremo de renunciar a su alegría, a su diversión, con tal que los otros, sus amigos y vecinos, se diviertan y disfruten, indiferentes a las malas críticas de algún pobre diablo que trueca su admiración en envidia, y después de sobrellevar las reflexiones, avisos y temores de su entorno más próximo, su familia - para quienes la fiesta se convierte en preocupación, riesgo y ,a veces, angustia , ya que les hace estar pendientes de todo, de si llueve o no llueve, si el bollu preñau “ta buenu”, si la orquesta es de las que marcan época o si los fuegos artificiales tienen la grandiosidad y seguridad necesarias etc - … Realizado el trabajo, escucha satisfecho el “pobre de mi “ o “adiós con el corazón” ¡Hasta el año que viene! .
Son muchas las sociedades de festejos y las personas que año tras año en Siero se preocupan de llevar alegría y hacer parroquia, pero permitidme que hoy , 4 de agosto de 2015, tenga un recuerdo muy especial para una de ellas que lleva más de sesenta años involucrado y preocupado para que las Fiestas de la Virgen del Buen Suceso de Lugones sean referencia y disfrute de todos y que precisamente hoy , “Día del Bollu” en El Carbayu, tiene la dicha de estrenar años, concretamente setenta y uno . ¡Feliz cumpleaños! Quien les escribe sabedor de los muchos méritos que adornan la persona de Manolito el Pegu, especialmente su lucha constante para que las Fiestas de Nuestra Señora del Buen sean del agrado de todos y ahora que se cumplen 90 años desde el inicio de la Sociedad ,allá por el año 1925, desea que éstas vayan también acompañadas de una buena noticia, de una petición, de un buen suceso, del que por otra parte estamos tan necesitados y éste no es otro que el Pleno del Ayuntamiento de Siero tenga a bien otorgar la medalla de oro del Concejo de Siero 2015, a don Manuel Antonio Fernández Álvarez , Presidente de la Sociedad de Festejos del Buen Suceso del Carbayu, en atención a sus muchos méritos y a la generosidad que siempre ha mostrada en defensa de su parroquia, de su concejo. Petición que he hecho e introducido por Registro el pasado 30 de julio de 2015 y a la cual pueden sumarse o adherirse cuantas personas y colectivos deseen. Si como titula el artículo, las vacas no entienden de fútbol, nosotros, los humanos y , en concreto, sus vecinos, si sabemos apreciar, valorar y agradecer una conducta noble y ejemplar como la de Manolito y prueba de ello son estas palabras que intentan compensar y agradecer lo mucho que le debemos, que no es poco, ya que como decía Neruda :”hay que dejar establecida la nueva ternura en el mundo”.
¡Felices Fiestas del Buen Suceso!