Bien, parece que las negociaciones entre dos políticos curtidos y tradicionales de la izquierda asturiana, Javier Fernández y Gaspar Llamazares, van por buen camino como no podía ser de otra manera si no querían verse gobernados por la endeble derecha con Mercedes Fernández al frente apoyada en principio por los tres diputados de Ciudadanos y los tres de Foro.
Esta operación de acuerdo entre PSOE e IU que no conllevará a que los de la coalición entren en el gobierno hará que Javier Fernández sea investido presidente del Principado antes de que finalice el mes y la Administración asturiana, plenamente continuista, comience a funcionar. Este acuerdo ya muy avanzado supondrá marginar al tercer grupo político de la cámara, Podemos, ahora en plena batalla contra su líder nacional Pablo Iglesias por las condiciones que ha puesto para las primarias que pretende ganar.
Y es que urge comenzar a gobernar porque Asturias está logrando el último puesto de los distintos rankings autonómicos comenzando por su crecimiento económico. Todos los analistas nos sitúan a la cola de las regiones con una población descendente, envejecida y con natalidad bajo mínimos.
Con cara de bobos, no hay otra manera de decirlo, los asturianos seguimos esperando el abono por parte del Estado de los más de 200 millones de euros que ganamos en los tribunales al ministerio de Industria por el impago de los fondos mineros. La minería, queridos amigos, está finiquitada con la aquiescencia de políticos y sindicalistas. Ahora sibilinamente el denostado ministerio de Industria ofrece adelantar la prejubilación a los 41 años a 500 mineros. El caso es ír bajando plantillas y cerrando explotaciones para satisfacer las exigencias de la Unión Europea. Este caramelo envenenado ha sido aceptado por UGT y CCOO, no por USO, que prefieren asegurar el futuro de los mineros en activo a luchar por el sector y conseguir no solo que no se cierren minas sino incluso que se creen nuevas explotaciones. Por su parte la empresa pública HUNOSA con un plan vigente hasta el 2018 sigue su lento descenso en cuanto a empleados maquillando la agonía con iniciativas variopintas que nada tienen que ver con la extracción de hulla. Y menos mal que aún trabajan en sus pozos especialistas checos y polacos que con su técnica logran todavía sacar a superficie el otrora llamado "oro negro". Este "oro" en Asturias está siendo a la chita callando el oro que se extrae en la zona occidental, principalmente en Belmonte. La mina va viento en popa y la multinacional que la posee ha tenido el detalle de invitar a sus trabajadores, cerca de 500, a cambiar el nombre de la explotación bautizándola con el nombre, creo, de "Valleoro". No olvidemos, amigos, que ya los romanos en su día explotaron oro en Asturias mientras lo del carbón fue muy posterior.
A ver que pasa de aquí a noviembre, mes de las próximas elecciones generales. Sobre el futuro de Asturias, ciertamente, no soy muy optimista.