Espero que no sea una premonición bíblica que precisamente hoy en la jornada en la que se votaba para la elección de nuevo presidente del Principado uno de los restaurantes más emblemáticos de Oviedo, Casa Santos en Colloto, echaba el cierre. Y escribo esto, no sin ironía, porque en Casa Santos durante años su propietaria Julia Valle preparaba uno de los platos más famosos y de éxito de la gastronomía asturiana, las manos de gochu a quien desde hace años la fiel clientela bautizó, y así era universalmente conocido, como "manos de diputau". Siento el cierre pero Julia Valle y su esposo Colás se han ganado un merecido descanso.
Mientras este matrimonio restaurador en Colloto echaba definitivamente la persiana al negocio, sus señorías, los auténticos diputados, debatían la elección de presidente en la Junta General del Principado. La sesión que había comenzado a las diez de la mañana terminó a las ocho de la tarde. Está previsto se reanude el viernes a las 12,00 horas ya que hoy ninguno de los tres candidatos Javier Fernández del PSOE, Mercedes Fernández del PP y Emilio León de Podemos- logró la mayoría absoluta. Cada uno solo contó con los votos de sus respectivos grupos. 14 para Javier Fernández, 11 para Mercedes Fernández y 9 para Emilio León. Los otros tres partidos, IU con 5 diputados, Foro con 3 y Ciudadanos con 3, se abstuvieron. El Estatuto de Autonomía prohíbe votar en contra. Con este resultado el viernes pasan a la votación final, solo se exige mayoría simple, los candidatos del PSOE y del PP, o sea, los Fernández.
Seguí a trozos la maratoniana sesión de la que entresaco una frase que por la mañana Javier Fernández dirigió a Gaspar Llamazares: "Lo peor en política es la hipocresía". Lo cierto es que a lo largo de la sesión, mañana y tarde, hubo de todo. Desde la bronca de un nervioso Fernando Lastra al nuevo diputado de Podemos Daniel Ripa que había sacado a colación el vidrioso tema de los sobre costes de El Musel, hasta la cita cinematográfica de Emilio León con su versión de "Doce hombres sin piedad". Desde la bancada solo intervino una vez al final el socialista Jesús Gutiérrez para aclarar al popular Luis Venta que durante al intervención de éste no le había dirigido insulto alguno como habían interpretado los del grupo Popular. Y es que en un momento determinado Luis Venta, que baja mucho improvisando, se dirigió a Javier Fernández en su condición de médico veterinario a lo que el citado Gutiérrez contestó "solo veterinario".
Por supuesto las más elegantes fueron Mercedes Fernández del PP y Cristina Coto de Foro. Dos gallos de pelea dirigiendo la derecha asturiana, por el momento dividida y descompensada a favor del partido de Mariano Rajoy. Me emocionó la intervención de la portavoz de Podemos, Lucia Montejo, que con sencillez y respeto se presentó por primera vez ante la Cámara como una asturiana de Corvera que acaba de cumplir 30 años, proveniente de una modesta familia de 7 hermanos con su madre viuda. Su discurso reivindicativo fue directo y claro aludiendo a las necesidades de Asturias, sin acritud y ofreciendo colaboración radiografió la historia política de los Fernández, Javier y Mercedes, que ya estaban en política cuando ella aún no había nacido.
Tras lo visto creo que otro veterano, Gaspar Llamazares, a quien observé algo tenso dijo alto y claro que no pensaba bajarse del tigre ¿ ?-, es para mi el mejor parlamentario de este hemiciclo. Tras él, por lo visto hoy, pondría a Cristina Coto, a Mercedes Fernández otro modelito, rosetón incluido, para quitar el hipo- a Javier Fernández y a Emilio León. Flojos Nicanor García, Luis Venta y Daniel Ripa y, como digo líneas atrás, el socialista Fernando Lastra crispado y amenazante con el portavoz de Podemos, pensando quizás en si logrará dentro unos meses que su partido le incluya en un buen puesto en la lista de candidatos al Congreso, que aquí ya está muy visto.
En fin, el viernes Asturias tendrá nuevo presidente, Javier Fernández, que deberá gobernar en minoría con muchos vientos en contra y es que el diálogo y los pactos es algo a lo que nuestros nuevos representantes, los 45 salidos de las urnas el pasado 24 de mayo, no están muy acostumbrados. Comer todos juntos unas "manos de diputau" el último día de Casa Santos no les hubiera ido nada mal que además son muy digestivas.
Por cierto, quedo pasmado con la subida de sueldos de la nueva corporación de Gijón que preside la forista Carmen Moriyón. Me decepciona la cirujana que probablemente ha tenido que ceder para que la oposición no le apriete mucho. Solo Mario Suárez de Fueyo y su formación "Xixón si puede" se niega a meter mano en la masera pero, claro, solo con sus seis concejales no puede hacer nada. Si Jovellanos levantase la cabeza
"Mosca cojonera" en el parlamento
Si Woody Allen lo llega a saber a tiempo seguro que hubiera acudido a la Junta General del Principado con sus cámaras para filmar con la perspicacia que le caracteriza la primera reunión del pleno de investidura con seis grupos formando el nuevo hemiciclo y tres candidatos a la presidencia de Asturias.
El primero en hablar, con la austeridad que le caracteriza, fue el presidente en funciones del Principado Javier Fernández. Tono gris, cierto aire cansino y defensa de lo que considera su principal logro en la legislatura que acaba de terminar: Haber dado estabilidad a la administración autonómica. Fue duro con los debutantes de Podemos. Vino a decir el ingeniero mierense que en sus primeros días como representantes del pueblo han convertido la Junta en un circo y que, por tanto, ese no era el camino. Incidió en que esperaba que junto con las demás fuerzas políticas se pudiera llegar a un acuerdo de prioridades que sirva para relanzar Asturias.
Entre el Vicente Alvarez Areces público autoridades, como el senador o el presidente del Tribunal de Cuentas Avelino Viejo. Como suele ser habitual en este tipo de intervenciones prometió lo divino y lo humano lo que, por supuesto, no había logrado hacer en la pasada legislatura. Javier Fernández habló durante una hora y al término de su intervención, todo un detalle, fue cortésmente aplaudido por los nueve diputados de Podemos, no así por los once el PP.
Seguidamente hizo uso de la palabra la presidenta del Partido Popular Mercedes Fernández que habló durante una hora y cuarenta y cinco minutos. Elegante como si de la reina Letizia se tratase, con un espectacular rosetón sobre el corazón y un vestido espectacular Mercedes Fernández desgranó mirando al tendido toda un rosario de promesas sobre lo que harían si ella fuera la presidenta haciendo hincapié en que "tenemos todos los que estamos aquí la misma legitimidad democrática". Con críticas al PSOE Cherines habló sin levantar la voz de la necesidad de aplicar una política distinta, olvidándose por supuesto de los incumplimientos con Asturias del gobierno de su jefe Mariano Rajoy. Fue un repaso amplio y por supuesto partidista sobre las necesidades de la región que me recordó en algunos momentos las cartas que en navidades los críos mandan a sus majestades los Reyes Magos. Puso el dedo en la llaga calificando de rancia, no va descaminada, la política del PSOE con Asturias y en concreto de Javier Fernández y su gobierno. Para Mercedes Fernández hay que acometer rápidamente reformas comenzando por limitar los mandatos a ocho años, eliminar el aforamiento y bajar los sueldos de sus señorías, quitando las dietas por kilometraje, etc.
Aludió la presidenta del PP a que Asturias es una comunidad envejecida, siendo colista de casi todo, de lo que culpa a los socialistas que llevan 30 años dirigiendo el timón de este barco autonómico. En un momento determinado, cuando hablaba de la necesidad de implartar un plan de prevención y tratamiento del ictus, llamó la atención al consejero Faustino Blanco que por lo visto se reía de sus palabras. "Ríase, ríase, que es lo que ha venido haciendo durante toda la legislatura". Mercedes Fernández estuvo inequívoca mostrándose a favor de que el AVE llegue a Asturias así como de ejecutar un plan de carreteras. Al término de su intervención también fue cortésmente aplaudida por los de Podemos.
Y cerró la sesión el candidato de Podemos Emilio León quien fue el más breve en su intervención, solo 55 minutos. Se le vio nervioso, bebiendo agua cada dos por tres, y unas veces hablando en castellano y otras en asturiano. Informal en el atuendo, camisa blanca sin chaqueta ni corbata, y un cierto aire a su jefe Pablo Iglesias que es la marca de la casa. El discurso estuvo, la verdad, deslavazado pero en cierto modo conciliador, brindado su colaboración a la Cámara y en concreto a Izquierda Unida, lamentando que no les apoyen. Citó a Gerardo Iglesias, "buen amigo", y más tarde, en los pasillos, Gaspar Llamazares, de los más elegantes, dijo que para optar a una presidencia cuando no se cuenta con mayoría las palabras las termina llevando en viento.
Emilio León aludió a la falta de colaboración que su grupo ha encontrado al no disponer siquiera de despachos "pero si tenemos que hacer las reuniones sentados en el suelo del pasillo, lo haremos". Anunció su intención de que grupos sociales y marginados conozcan las distintas dependencias de este regio edificio y ofreció su colaboración para combatir la corrupción y las viejas y denostadas costumbres enquistadas en el parlamento asturiano. Solo le aplaudieron los suyos.
Ahora toca una jornada maratoniana para dar réplica a los candidatos pero está claro que en la Junta General del Principado por primera vez una hay "mosca cojonera" en el buen sentido de la palabra que se ha posado sobre la atildada cabellera de Javier Fernández. Esto, damas y caballeros, no ha hecho nada más que empezar. Entre tanto a pocos metros, en el ayuntamiento, el tripartito tras horas de reunión tampoco llegó a un acuerdo sobre las retribuciones de los concejales y los grupos municipales. Tendría gracia que para una vez que la izquierda llega al poder municipal al bueno de Roberto Sánchez Ramos "Rivi" le bajasen el sueldo.