Decía Santa Teresa de Jesús que “según las lecturas serán las escrituras” y no tengo reparo en confesar que mis lecturas han sido y son alimento de mi alma e inspiración de muchos escritos, y algo de esto me pasa ahora al empezar estas letras, que en el fondo son fruto de la lectura “Paz en la guerra” de Don Miguel de Unamuno, ambientada en el asedio de Bilbao durante los meses de febrero a junio de 1874 o última guerra carlista, la tercera. Por esa misma época ya se practicaba el fútbol en Riotinto(Huelva) y después, un 23 de diciembre de 1.889, se funda el Recreativo de Huelva, el club más antiguo de España. Quizás si el fútbol se hubiera conocido antes y tenido el auge que tiene en la actualidad hubiéramos evitado algún que otro conflicto, ya las carlistas o las de África iniciadas éstas en 1859 para distraer al pueblo y que llevó a preguntarse al español de entonces: “Tetuán, ¿dónde queda?”
Siempre me ha sorprendido por qué siempre que se habla y se reclama un mejor conocimiento del pasado reciente, éste empieza en 1931, un 14 de abril, proclamación de la II República, y despreciamos el siglo XIX, centuria que contribuyó en mucho a los desastres de las primeras décadas del siglo XX, y de las que pasamos sin pena ni gloria a pesar de los testimonios literarios de Galdós y sus Episodios Nacionales, Clarín, Unamuno entre otros muchos. Estos escritos causarían perplejidad en los tiempos que vivimos, y veríamos que ideas que ahora aireamos como nuevas, originales, ya circulaban en aquellos tiempos y basta para ello leer el Manifiesto de Cánovas, a raíz de la Vicalvarada de 1854, cuando éste demandaba regeneración política, bajada de impuestos y mejora de la ley electoral. ¿Cuántas veces al día, un día sí y otro también, oímos lo de regeneración política? A principios del s. XX se pedía: ”Pan y escuelas”. Algo hemos avanzado.
En esta historia novelada de Unamuno se recuerda la frase pronunciada por el almirante Topete y el general Prim un 18 de setiembre de 1878 - que titula este artículo- y que condensa el deseo de todos los españoles a la hora de votar, antes y ahora, especialmente a partir de las europeas del 2014, y de la que incomprensiblemente los partidos de la estabilidad, del sentido de Estado, no sólo no acaban de hacer suya, sino que lo complican más. ¿Por qué? ¿motivos ?¿causas? ¿Es cierto , como decía Galdós, que los cambios de gobierno en España vienen provocados por las necesidades de empleo? La realidad es que desde la llegada de Podemos en enero de 2014 y a pesar de haber cambiado de secretario general el PSOE perdió casi 700.000 votos con relación a las municipales del 2011 y el PP, casi dos millones y medio, y mientras tanto los vecinos y ciudadanos siguen pidiendo regeneración política, nueva ley electoral y futuro.
Un mes después de las elecciones la regeneración pasa por alcaldes en bicicleta o metro, reuniones con banqueros , la ley como escoba, violencia verbal y todo por no hacer caso a don Pascual cuando decía a sus familiares: ”Mucho ojo con la soberbia racionalista”, y por no seguir el consejo que da Yave a Moisés en el Libro de la Sabiduría cuando le dice que para escoger a sus colaboradores "Busque personas honradas, sabias y probadas” . En la calle el pueblo sigue preguntando: “Tetuán, ¿dónde queda?”.