"Los cambios que España necesita para seguir creciendo" ha sido el título de la conferencia -programada por la asociación "Asturias Punto de Encuentro"- que impartió el jueves en Oviedo don Javier Vega de Seoane Azpilicuéta, ingeniero de minas criado en Lieres -localidad en la que su padre ejerció durante varios años como director de la explotación minera allí existente y hoy ya cerrada-, que sigue en la actualidad muy vinculado a Asturias, concretamente al concejo de Colunga, en donde él y su familia tienen propiedades inmobiliarias y tambien -dicen- el mejor de los yates de todos cuantos amarran en los pantalanes del puerto de Lastres.
Javier Vega de Seoane Azpilicuéta, consecuencia de la crisis y como una inmensa mayoría de los españoles, vive al día. Es desde hace unos meses presidente del Círculo de Empresarios y presidente, como actividad principal, de dos empresas: Seguros DKV y Gestlink. Como ferviente partidario de los "mini jobs" forma parte de los Consejos de Administración de al menos media docena de grandes compañias y pertenece al Consejo Asesor de otras varias.
Pues bien, Javier Vega de Seoane A.(es que si sigo poniendo el segundo apellido completo acabo emborrachándome) es partidario de "diseñar un modelo de país que nos ilusione, que nos movilice y que nos vertebre". Para ello, según él y entre otros razonamientos, hay que abordar nuevas reformas estructurales; defiende que los jóvenes sin estudios cobren una nómina inferior al salario mínimo interprofesional; opina que con salarios bajos el empresario es más proclive a contratar; vaticina que los puestos de trabajo y los salarios fijos ya nunca serán para siempre; y abunda que nos vamos a tener que acostumbrar a una vida más incierta ligada a la productividad.
En otro orden de su conferencia -se supone que la parte correspondiente al país ilusionante- abogó por quitar los prejuicios y pagar mejor a los políticos (aquí no citó productividad, derechos de retornos, ni puertas giratorias). El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, según Javier Vega de Seoane A. (¡hip!) no tendría que cobrar 78.000 euros anuales que es lo que gana un empleado de tercer nivel de alguna de sus empresas. Solo le faltó decir :"En DKV nos esforzamos por hacer un mundo mejor".
Durante su intervención hizo referencia -sin vehemencia- a la corrupción y a los políticos corruptos, pero no habló de los componentes de su gremio: empresarios corruptos y corruptores. ¿Será porque no los hay o será porque ellos no necesitan reformas estructurales?.
Dicen quienes estuvieron presentes que, al final de su intervención, Javier Vega de Seoane A. (¡hip!) fue muy aplaudido. Vale, los hay para todo. Pero me temo que, con tanto aplauso, haya gente insensata que aún se crezca más y ponga en riesgo el poco Estado de bienestar que nos queda.
