Artículo de los investigadores José María Bermúdez de Castro y María Martinón-Torres al cumplirse 18 años de la publicación en 'Science' de una nueva especie del género 'Homo'
José María Bermúdez de Castro & María Martinón-Torres/CENIEH/DICYT En mayo de 1997 el equipo investigador de los yacimientos de la sierra de Atapuerca publicó la diagnosis de Homo antecessor en la revista Science (Bermúdez de Castro et al., 1997, Science, 276, págs. 1392-1395). Fue todo un acontecimiento, puesto que desde 1964 (Homo habilis) no se había vuelto a publicar una especie del género Homo. En aquella publicación de 1997 no solo nombramos la nueva especie, sino que nos atrevimos a proponer que Homo antecessor podía ser el último ancestro común de los neandertales (Homo neanderthalensis) y de los humanos modernos (Homo sapiens). Si la propuesta de una nueva especie recibió no pocas críticas por parte de nuestros colegas, esta última hipótesis fue muy contestada. Desde hacía pocos años, cuando se aceptó la teoría del origen africano de nuestra especie, se buscaba poner nombre a ese último ancestro común. Con la información que disponíamos y con la mayor honradez, pensamos que habíamos dado con él en la sierra de Atapuerca.
La especie Homo antecesor acaba de cumplir 18 años. Ha llegado a la mayoría de edad, no sin sufrir críticas injustas e injustificadas o de ser ignorada por algunos colegas. Sin embargo, la razón se va imponiendo y la especie ha entrado en la mayoría de las filogenias del género Homo. Estamos convencidos de que su aceptación será unánime cuando excavemos el nivel TD6 en toda su extensión y dispongamos de varios centenares (quizá miles) de restos fósiles de la especie. La diagnosis será mucho más completa y convincente.
En estos 18 años hemos seguido estudiando los restos encontrados entre 1994 y 1996, así como los hallados entre 2003 y 2005. Aunque el estudio continúa en la actualidad, tenemos mucha más información que en 1997. Podemos confirmar que Homo antecessor tiene caracteres muy similares a los nuestros, así como un buen puñado de rasgos compartidos con los neandertales. A este conjunto tenemos que añadir los caracteres primitivos compartidos con los especímenes más antiguos del género Homo y otros rasgos derivados y compartidos con los humanos de la Sima de los Huesos de Atapuerca y sus contemporáneos de Asia. La peculiar constelación de rasgos morfológicos ha dejado perplejos a propios y extraños. En este nuevo escenario, hemos tenido que realizar una nueva interpretación de la especie, que será confirmada o rechazada cuando tengamos ocasión de volver a excavar en TD6.
La especie Homo antecessor tiene una antigüedad bien confirmada de unos 850.000 años. Su presencia en el extremo más occidental de Europa resulta un tremendo hándicap para sostener que esta especie dio lugar de manera directa a Homo sapiens. Así lo reconocemos también nosotros. Además, los genetistas parecen estar de acuerdo en que el último ancestro común de los neandertales y de los humanos modernos no puede tener más de medio millón de años, un dato incompatible con la antigüedad de Homo antecessor. Esa antigüedad y su morfología única nos lleva a pensar que Homo antecessor fue anterior a ese ancestro común, pero tuvo mucho que ver con él. La prudencia nos lleva a proponer que los humanos de Gran Dolina fueron algo así como los tíos carnales del ancestro común, que para muchos se identifica con la especie Homo heidelbergensis. Los humanos de la sierra de Atapuerca habrían constituido un linaje propio, que tal vez tuvo su origen y su final en tierras europeas.
No obstante, nuestras investigaciones y las de otros colegas revelan que hace alrededor de un millón de años existieron un padre y una madre, cuyos hijos evolucionaron para dar lugar a varias especies relacionadas con la nuestra. Entre ellas estarían los propios neandertales, los humanos de la Sima de los Huesos, los llamados Denisovanos y tal vez otras especies o subespecies de Asia, que aún no han sido encontradas o nombradas. Entonces, ¿dónde situar a la Homo antecessor? Dada su antigüedad solo caben dos alternativas: los humanos de Gran Dolina representan a la hija mayor de esos padres todavía no nombrados, o son los propios padres, que tuvieron una distribución muy amplia por buena parte del oeste de Eurasia. Sea como fuere, Homo antecessor ha cumplido su mayoría de edad y solo falta un poco de paciencia para encontrar esos miles de restos que aún esperan en el nivel TD6 de Gran Dolina.