Han pasado 50 años

¡Cómo pasa el tiempo a estas alturas de la vida!. Ya han pasado 50 años desde que juré bandera como voluntario en el servicio militar en diciembre de 1965 en Pinar de Antequera (Valladolid).

Hoy un grupo de cuatro compañeros y amigos, que hemos seguido manteniendo relación desde entonces, hemos vuelto a renovar nuestro juramento ante la bandera en la plaza del ayuntamiento en Cangas de Onís. Mis acompañantes fueron José Manuel González López "Cuqui", Ramón González Castaño, Tino González y José Manuel Pérez Fernández. Con nosotros otras 150 personas de todas las edades, muchas de ellas mujeres, incluso acompañadas de hijos pequeños. Allí saludé, en el emotivo acto que fue seguido por cientos de ciudadanos y respetado por la lluvia, a Jaime Martínez, en su día propietario del "Apolo" de Ribadesella y que pese a su jubilación continúa preparando los mejores daiquiris del norte de España. Uno de sus nietos desfiló con la compañía del regimiento Príncipe número 3. También juraron bandera el profesor Vespertino Rodríguez, Jesús Veiga, José Luis Martín Fandiño y otros conocidos más que no quisieron perder la ocasión de reafirmar su juramento a la bandera.

También me encontré, con uniforme militar de teniente de sanidad, al concejal del ayuntamiento de Oviedo y profesor de la Universidad de Oviedo Andrés Llavona que dejó alucinados a mi amigos al cuadrarse y saludar militarmente al verme.

La Jura de de Bandera estuvo presidida por el delegado del Gobierno Gabino de Lorenzo que mañana, por cierto, estará en Cudillero para entregar la distinción de la Amuravela de oro a la Guardia Civil de Asturias. Con el delegado del Gobierno el alcalde de Cangas de Onís José Manuel González Castro que intentará el próximo día 24 de mayo repetir como alcalde ya que de nuevo encabeza la lista del Partido Popular, el concejal de Foro Santiago Pendás y otros miembros de la corporación.

En presencia también del delegado de Defensa en el Principado coronel Vicente Bravo Corchete y de representaciones de los distintos cuerpos militares el coronel del regimiento Príncipe número 3 Oscar Lamsfus Galguera dirigió unas palabras a los presentes agradeciendo la colaboración del ayuntamiento de Cangas de Onís y de los ciudadanos que acudimos a jurar bandera finalizando con vivas al Ejército, a España, al Rey y a Cangas de Onís que fue capital de España y ejemplo en la defensa de la unidad de la patria.

No puedo negar que para nosotros fue un acto sencillo y emocionante. Al finalizar el mismo la compañía desfiló por el centro de la villa con banda de música incluída donde noté la destacada presencia de gaiteras y tamborileras. No es ya novedad alguna la presencia de la mujeres en el Ejército español ni de ciudadanos hispanoamericanos dada la absoluta profesionalización del mismo desde que en tiempos de José María Aznar se eliminase el servicio militar obligatorio en nuestro país.

Antes de dar por termina el acto el delegado del Gobierno acompañado por el alcalde de Cangas de Onís y el coronel jefe del regimiento depositaron una corona en honor de los caídos lo que contribuyó a aumentar la emoción del acto aplaudido por los presentes en muchos momentos. Por cierto, eché en falta las cámaras de la TPA y también algún representante del Gobierno asturiano.

Para nosotros lógicamente este ha sido un acto irrepetible. La próxima renovación de la jura de Bandera en nuestra comunidad será dentro de dos años.

Nosotros iniciamos nuestro servicio militar como voluntarios en el regimiento de Infantería del Milán número 3 el uno de noviembre de 1965 realizando durante mes y medio la instrucción en el campamento de Pinar de Antequera de Valladolid con el entonces teniente coronel Daniel Gómez del Moral al mando. Aún me encuentro por Oviedo a alguno de nuestros instructores como los entonces tenientes Rufino o Herrera. La bandera la juramos el 19 de diciembre de 1967. Aunque en aquellos años los altos mandos no duraban mucho en sus destinos recuerdo a los generales Bulnes y Luis Díaz Alegría como gobernadores militares de la plaza, al entonces coronel José Antonio Sáenz de Santamaría como jefe del regimiento, al comandante Fernández Peña y al comandante Collantes con el que estuve de escribiente en el juzgado militar, ubicado en los bajos del edificio en la plaza de España así como al capitán Díaz, de Boal, que fue todo un padre para nosotros, responsable de la sección de Hojas de Servicio.

Tenía razón Alfonso Guerra cuando llegó años después al Congreso de los Diputados y dijo que con el paso de los años a España no la iba a conocer ni la madre que la parió. ¡Cuantas cosas han cambiado desde entonces!. La democracia, la Unión Europea, la desaparición de la peseta, las autonomías en fin, lo de hoy en Cangas de Onís ha sido para nosotros una experiencia vital e irrepetible sirviéndonos también como refresco de unos recuerdos y experiencias de juventud que sin duda nos quedan ya muy lejanas pero que ahí están



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