Rajoy, Montoro y la amnistía

Al gobierno del Partido Popular se le ha ido la amnistía fiscal de las manos. Están desbordados. El equipo capitaneado por el registrador de la propiedad, Mariano Rajoy, y su jefe de filas fiscales, Cristóbal Montoro, con el animo de que sus más acerrimos seguidores sacaran sus dineros de la oscuridad promovieron la última amnistía sin ponderar suficientemente las consecuencias. Creyeron que lo tenían controlado todo, pero solo controlaban casi todo. Y ese "casi" les estalló en las manos.
Parece que hay unos 30.000 evasores (es de suponer que incluyendo parados, pasionistas, pobres de solemnidad, desahuciados y mileuristas de baja estopa) que, después de la detención de don Rodrigo Rato (el milagroso vicepresidente económico del geoestratega José María Aznar) han entrado en estado de pánico generalizado. De esos 30.000 unos 705 en lugar de pánico no pueden conciliar el sueño y permanentemente oyen las pisadas de los aduaneros de la Agencia Tributaria. Un auténtico drama ciudadano.
Mariano Rajoy, cuando le conviene, tiene la tendencia de escudarse en los intereses de "una inmensa mayoría de los españoles". Pues, adelante, qué momento mejor que ahora. Una inmensa mayoría de los españoles -entre los que no están, por supuesto, esos treinta mil ciudadanos ejemplares- quieren saber nombre y apellidos de los evasores. Y para que no haya atasco, por qué no empezar por esos setecientos cinco.



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