En una democracia, las leyes no se imponen, se debaten, especialmente cuando hay interlocutores muy cualificados. ¡Qué error, otro error, que el Ministro Wert haya decidido aprobar por el “rodillo” de la mayoría absoluta parlamentaria unas normas que afectan profundamente a la vida universitaria, sin llegar a acuerdos con las Universidades (autónomas) de Comunidades (autónomas), sin que los Rectores –que representan a los profesores y alumnos universitarios- hayan desempeñado el fundamental papel que les corresponde.
No entro en el qué. Me quedo en el cómo. Deplorable universitariamente, democráticamente. La Educación Superior consiste en formar ciudadanos “libres y responsables”, según magistral definición de la UNESCO. De momento, se les impide actuar libremente, participar…