Si bien casi todos los partidos políticos están haciendo guiños al 15-M con afirmaciones del tipo “hay que atender a las demandas de los ciudadanos” o “tenemos que avanzar hacia un modelo más democrático” o “es comprensible pedir mayor transparencia”, etc., la realidad es que ni el PSOE ni el PP van a hacer nada sustantivo para cambiar la situación. Uno de sus muchos puntos en común es hacer como que todo cambia para que todo siga igual. Dicho de otra manera: el poder económico está seguro con ambas opciones.
Ninguno de los dos partidos mayoritarios quiere escuchar lo que demanda la ciudadanía española a través del 15-M. No alcanzan a entender que su éxito es debido a que responde a un clamor y un sentir de la mayoría de la población. Los políticos se equivocan si piensan aquello de que “si se les vota, se les da un cheque en blanco para hacer lo que quieran”.
Gracias a esta sordera y cerrazón de los grandes partidos, el 15-M, puede convertirse en el mayor suceso de alto calado sociopolítico en España después de la transición. Ya muchos hablan de la “segunda transición”.
El PSOE continúa “herrándola y no enmendándola” con la convocatoria de elecciones, pero sin modificación de la ley electoral. Ha perdido una oportunidad de oro para haber mostrado algo de su antiguo “talante” democrático y progresista, proponiendo una nueva ley electoral. Hubiera sido “el aporte” que hubiera recompuesto algo su maltrecha credibilidad. Y no puede argumentar falta de votos, pues hubiera tenido suficientes para sacarlo adelante contando con los grupos parlamentarios minoritarios que vienen reclamándolo desde lejos. Pero ha preferido un adelanto electoral manteniendo todo como está.
Es seguro que el PSOE después, en la próxima legislatura, pero ya desde la oposición, demandará al PP una ley electoral más justa y democrática… Tal es el grado de mentira al que se puede llegar.
Además, ambos partidos están también de acuerdo en el adelanto de las elecciones pretendiendo que no haya espacio para que el 15-M crezca aun más. Para los “PPSOE”, como ya en algunos medios se les denomina, el 15-M se ha convertido en el enemigo más peligroso, pues atenta contra su acuerdo bipartidista. Pero quizás esa sordera se les vuelva en contra, pues puede aumentar el clamor y la indignación de los electores.
No podrán alegar que no sabían, porque disponen de todos los datos sobre la importancia que tiene el malestar ciudadano. Todos los sondeos muestran que, lejos de bajar, aumenta el respaldo hacia las demandas del 15-M. El “movimiento” como así se auto denominan, crece ante el asombro de todos, incluidos sus propios activistas.
Algunos titulares anunciaban “el 15-M rompe el mito de la no movilización en verano”, con esas dos multitudinarias manifestaciones festivas los días 23 y 24 de julio en Madrid, en un fin de semana vacacional y de largo puente. El impresionante crecimiento de los indignados es indicador de que “algo se está moviendo”. Pero los partidos políticos pasan de puntillas ante él: parece ser un fenómeno que aun no alcanzan a comprender…
Además es el 15-M quien ha puesto los contenidos al debate político, colocando encima de la mesa los “temas” que preocupan a los españoles. Ha centrado el debate que el tándem “PPSOE” se había ocupado de desviar llenándolo de procesos judiciales, corrupciones, personalismos y descalificaciones totalmente vacíos de contenido, que resultaban un despropósito dada la gravedad de la crisis en la que estamos.
Finalmente el 15-M ha elevado el nivel del debate político-social señalando los temas de importancia.
Nos preguntamos ¿para qué sirven esos sueldos millonarios y esa “profesionalidad” de nuestros políticos?, ¿para qué tantos recursos? Porque los miembros del 15-M están haciendo su aporte desde reuniones en las plazas, sentados en el suelo, soportando temperaturas extremas y sin recursos. Actúan desde la necesidad, con entusiasmo, inventiva, desarrollan trabajos en conjunto, potencian la calidad humana...están inspirados.
Justo todo lo que les falta a nuestros políticos, que se han distorsionado totalmente. Han perdido el norte al ponerse del lado de los poderosos y de los mercados. Se han institucionalizado y se han olvidado de su mandato principal, que es servir a sus ciudadanos. Han confundido su función de estar al servicio de los electores, con el “conseguir” que me voten y después hacer lo que “yo creo” conveniente, aunque el elector esté en contra. El argumento es “yo sé” y el elector “no sabe” cuáles son los reales problemas…
Basta ya de paternalismos que lo único que ocultan es el verdadero interés de perpetuar el actual modelo bipartidista. Aunque no les guste, el PSOE no tiene ningún problema en traspasar el testigo al PP, pues con la actual ley están garantizando que dentro de 4 años, a lo sumo 8, volverán a estar en el poder en esta “dicta-blanda” de doble cara.
No es ser adivino adelantar que, tal cual van las cosas, si los partidos mayoritarios se mantienen sin hacer ningún gesto real de fondo que indique que han captado y entendido el mensaje que les está enviando la mayoría del pueblo español; si continúan haciendo caso omiso a estas señales, la respuesta puede ser impredecible y nos podemos encontrar con la campaña electoral más caliente y las elecciones más distorsionadas desde la transición.
Amplias capas de los electores españoles no van a perdonar a los partidos políticos no haber hecho ni el más mínimo esfuerzo para implementar una ley electoral más democrática y participativa, como insistentemente se les reclama.
Es muy probable que si en junio y julio salieron decenas de miles de ciudadanos a las calles, en este otoño sean centenas de miles o millones los ciudadanos que demanden otro talante democrático a nuestros partidos políticos.
¿Qué harán los poderes con las calles llenas de ciudadanos indignados el Día de Reflexión o el mismo día de las elecciones? Les prohibirán manifestarse, los reprimirán…
Creo que no hay duda en afirmar que el 15-M volcará toda su energía, su inspiración y su buen hacer en evidenciar la mentira de esta democracia tutelada por los mercados y en ello contará con un amplio respaldo de los ciudadanos. El 15-M acabará siendo el test de resistencia de la democracia española.
*- Miembro del ECM de "Mundo Sin Guerras y Sin Violencia"
http://www.globatium.com