Si, como usted, yo también me lo pregunto. Pues sepa que es una “agencia de calificación de riesgo”, algo así como una consultora en el terreno económico financiero que, por cuenta de un cliente, califican unos determinados productos financieros oactivosya sean deempresas, estados ogobiernos regionales(estados federados, comunidades autónomas). Moody’s es neoyorquina, como las otras dos Standard & Poor’s o Fitch. Entre las tres copan el 90% del mercado. La Santísima Trinidad de la economía mundial. Detrás de Moody’s está un multimillonario, detrás de Standard & Poor’s la poderosa editorial MacGraw Hill. No tienen competencia porque la ley existente promovió esta suerte de oligopolio. Su neutralidad y objetividad, su credibilidad, las pongo en entredicho.
Son los tiburones financieros que le dicen a Vd, que su país esta en quiebra o su banco a punto de quebrar. Si su dedo le señala y su calificación baja de la triple A -¿a qué me suena?- los gobiernos aplican medidas restrictivas que básicamente se centran en subirle a Vd. la edad de jubilación, bajar los salarios, recortar el estado de bienestar… y sanear los bancos, cajas y entidades financieras. ¿Está claro para quien trabajan, no? Desde luego no se preocupan por su bienestar, por el desarrollo social, las libertades, la salud, el hambre en el mundo o cualquier nimiedad de ese tipo. Y menos por si le quitan la casa.
Eso sí, los augures todopoderosos, de la crisis ni se enteraron, no le digo más que S&P mantuvo la máxima calificación a Lehman Brothers (la entidad crediticia que causó la burbuja) hasta que quebró y nos arrastró a todos en su caída.
Ya ve: se equivocan, no dan una, obtienen cerca de dos millones de euros de beneficios anuales, están localizadas en EEUU y, sin embargo, hay que pasar por la piedra. ¿De dónde sale este protagonismo? ¿Por qué pagan los gobiernos –públicos- para que los califique una empresa –privada-? ¿Será que pagamos poco –medio millón de euros anuales paga España-? La respuesta de Salgado mete miedo: “Mientras estén ahí y pongan nota, necesitamos que sea buena”. ¡Pero si era excelente la de Lehman Brothers! A ver si va a ser “¿Dónde va Vicente? Donde va la gente” Pues ojo, Vicen, que estas no son buenas compañías, no van contigo, van a por ti, no te engañes. A mi, personalmente, no me inspiran ninguna confianza.
