Desde junio del 2012, que vengo anunciando la recuperación progresiva de la economía española y especialmente, este año, cuando desde el mes de enero vengo anunciando mucho más crecimiento del que todo el mundo preveía (como así ha sido), anuncio también:
De toes formes, nun tien qu'escaecésenos que tanto la recuperación como la creación d'empléu, nesti procesu de crecimientu nel que tamos, tienen un factor aleatoriu que puede char p'atrás too y arrimanos al abisu: el devenir de Cataluña.
Al abisu a toos, al restu d'España y a los catalanes. Lo que pasa ye que, d'ente estos, unos saben lo que-yos puede pasar y cállenlo, otros nun lo saben y otros nun lo quieren saber.
Hace dos días la agencia Ficht hizo público un informe sobre las posibilidades de evolución del conflicto independentista catalán y sus repercusiones, según los escenarios, en las economías de una Cataluña independiente y en el resto de España. Señala riesgos en todos los escenarios y un cierto deterioro de la situación aún en el mejor de los casos. Y, en concreto:
Por último, la agencia contempla una eventual independencia, que en su opinión tendría “consecuencias negativas” tanto para España como para Cataluña, que podrían ser “exacerbadas” en el caso de que se produzca una “ruptura desordenada”.
Lo que venimos diciendo -y temiendo- desde hace dos años. Aunque algunos, no solo los independentistas, siguen tratando la cuestión como si fuera un puro juego de posturas, palabrería y entretenimiento de señoritos.