Vengo de excursión a Galicia y a través de la tableta veo la ceremonia de los últimos premios “Príncipe de Asturias”. Como siempre en el patio de butacas, mucho oportunista. Es el acto de la vanidades lo que no resta un ápice su importancia para Asturias y para España porque el hoy Rey suele dar altura a su discurso.
Aunque uno sea de capital tiene su parte de aldeano así que me maravilló observar como Su Majestad pronunciaba su discurso sin mirar ni una sola vez al atril. Que dominio, pensé, pero una oportuna consulta con Felipe Escudero, ex jefe de prensa de la Fundación, me aclaró que a ambos lados., frente a Felipe VI, hay dos artilugios que el público solo ve cristales mientras el interviniente ve pasar sus frases en letras grandes y claras. El año pasado, precisamente, al todavía Príncipe Felipe se le estropeó el teleprinter y sudó lo suyo.
Como siempre el premio Príncipe de Asturias Padre Angel atento a captar a los ricos para dárselo a los pobres. Siempre me recuerda a un moderno Robin Hood con su corbata colorada siempre mal colocada y su inequívoco gesto irónico que parece echarnos en cara nuestra insolidaridad y egoísmo. Le escucho en una cadena radiofónica nacional justificar a los que desde la Losa protestan contra el sistema. “Debemos ser una sociedad abierta, plural y solidaria. No hay que tenerles miedo”. Supongo que Podemos intentará captarle para la causa aunque lo va a tener dificil.
Con el reconocimiento hacia todos los premiados quien, por supuesto, me emocionó es mi colega la periodista congoleña Adzuba. Creo que cosechó el aplauso más intenso de la jornada. Realmente Africa es una losa en la conciencia del mundo desarrollado. El Rey en su discurso se refirió al problema del Ebola y por supuesto a España y su cohesión. No citó Cataluña pero sí dirigió unas frases a sus ciudadanos. A buen entendedor…. Fue aplaudido en varias ocasiones. Cuando con orgullo dijo a los asturianos que no se olvidaba de ellos y había vuelto, cuando elogió a su madre presente en el Teatro Campoamor, y en alguna ocasión más. Por cierto, el día anterior, cuando el concierto, no pudo menos que darme un repelus ver en las fotos al presidente de Liberbank y de la Fundación Cajastur además de EDP Manuel Menéndez chupar cámara al lado de los Reyes e intentando eclipsar a su competidor el alto ejecutivo del Banco de Santander Matías Rodríguez Inciarte, también presidente de la Fundación “Princesa de Asturias”. Se acuerda de Asturias cuando hay eventos que rentabilizar; el resto, en Madrid, que es donde algunos bancarios opinan que está el poder.
La jornada afortunadamente transcurrió sin incidentes pese a las marchas de la protesta aunque la corte del Rey si las recibió desde la distancia. Los 400 agentes que el ministerio desplazó a Oviedo ya pueden regresar a sus cuarteles de invierno que éste va a ser largo y duro. Creo que por primera vez a estos últimos premios “Príncipe de Asturias” asistieron cuatro ministros del gobierno de España encabezados por la vice Soraya Sanz de Santamaría: Ana Pastor, hoy homenajeada en el Centro Asturiano de La Coruña, el de Educación Wert que parece un invitado a la ópera, y otro más que no me acuerdo. El único toque asturiano en el acto fue al final cuando gaiteros entonaron el “Asturias, patria querida”. No me gusta tampoco que el presidente del Principado de Asturias no hable en el acto, aunque solo fuera para saludar y dar la bienvenida. Pero ya se sabe, entre su timidez y lo poco que mandamos los asturianos, la casa sin barrer.