La movilización y la protesta contra la inmensa injusticia de la pobreza debe ser firme y continuada. Hagamos del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza referencia cotidiana de acción, de movilización.
Que sea un motivo cotidiano para levantarse pronto y guiar nuestro comportamiento: es intolerable que mueran diariamente de hambre, exclusión y desamparo miles de seres humanos, la mayoría niñas y niños de uno a cinco años, al tiempo que se invierten más de 3000 millones de dólares en armas y gastos militares.
“Fingí que no sabía / …y ahora queda mi conciencia / insomne / noche y día”. Sabemos. Y haremos de la lucha contra la injusticia social, la exclusión y la pobreza permanente razón de vida. ¡Pobreza cero!
Como dice Jean Ziegler, “el hambre es la más activa y horrenda arma de destrucción masiva”. Estamos muy preparados, con grandes beneficios para los productores de artificios bélicos, para la protección frente a enemigos potenciales. No lo estamos frente al hambre, la extrema pobreza y las enfermedades propias de las inhumanas condiciones en que viven. La solución es compartir, es atender las grandes prioridades que sólo un multilateralismo democrático eficiente podría establecer y procurar: alimentación, agua, salud, medio ambiente, educación y paz…
En lugar de aumentar la ayuda al desarrollo, en lugar de favorecer a escala nacional e internacional los apoyos correspondientes, se han “recortado” -¡qué vergüenza!- las subvenciones apropiadas tanto en Europa como en España… como en el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. Está claro que nada hay que esperar de los grupos plutocráticos que ha impuesto el neoliberalismo globalizador.
El tiempo del silencio ha concluido. Ahora podemos expresarnos libremente. Unamos nuestras voces para reclamar justicia en favor de los más agraviados, de los que sobreviven en condiciones de extrema precariedad.
“No dejar a nadie de lado. Pensar, decidir y actuar juntos contra la extrema pobreza”, es el lema de ATD Cuarto Mundo. Todos juntos, con las ONGs y demás instituciones nacionales e internacionales, para aliviar y remediar la situación de tantos hermanos nuestros.