Lo que está pasando con los brotes infecciosos me recuerda, salvando las distancias, a aquella película de mi infancia, “Pánico en las calles”, que dirigió Elia Kazan en 1950 con Richard Widmark y Jack Palance como protagonistas. Un marinero desembarca en los muelles de Nueva York portando la peste negra siendo asesinado tras una partida de poquer. La localización de lo asesinos en menos de 48 horas, contaminados por el marinero, antes de que se produzca una pandemia en la ciudad de los rascacielos es la trama de la película.
En la ficción cinematográfica funcionaron los protocolos si bien la realidad presente en los Estados Unidos es que acaba de fallecer el primer ciudadano afectado por el virus Ebola procedente de Liberia. Aquí lo cierto es que están fallando muchas cosas. Siendo del mismo partido, el Popular, tengo la impresión de que no hay la suficiente coordinación entre el Ministerio de Sanidad y la Comunidad de Madrid. La situación a cada hora que pasa se sindicaliza y politiza más mientras la comunicación a la opinión pública de los organismos oficiales es nula o penosa. Lamentable, en una palabra. También me sorprende, debo escribirlo, que los medios de comunicación, especialmente las televisiones nacionales, sigan lógicamente el grave problema de la enfermera Teresa pero ignoren olímpicamente otro grave problema sanitario, el de la legionella en Sabadell donde van ya diez muertos. Jugar con la salud es grave y como bien dijo ayer el líder del PSOE Pedro Sánchez, no nos pongamos nerviosos y hagamos lo correcto. Por lo visto esta tarde la atribulada ministra Ana Mato ha reconocido en una reunión con representantes de la oposición que han fallado los protocolos y que, por tanto, hay que cambiarlos. Hágase ya y, por Dios, evitemos entre todos que al final, con razón o sin ella el pánico llegue a las calles y, por supuesto, que Teresa mejore lo que hoy desgraciadamente no era así.
Estuve en Noreña, en esa magnífica instalación que es el Hotel Cristina conspirando en el buen sentido de la palabra con dos destacados socialistas, Jose Antonio García Casal “Piti” y Francisco Fernández Corte -la cara humanista del partido obrero-. Cuando quedamos días atrás no estaba previsto encontrarnos con el bombazo del sorprendente enriquecimiento de José Angel Fernández Villa a quien la dirección del PSOE pide su cese en el consejo de administración de HUNOSA, al que no existía últimamente, y para el que en su día a propuesta del propio PSOE le designó la Junta General del Principado. Este affaire no ha hecho más que empezar ya que cuando el ventilador de la mierda desde las profundas cañerías de nuestra sociedad se pone en marcha nunca se sabe a quien va a alcanzar. Lo que si comentamos en esta agradable tertulia que tuvimos es que además de millonario el ex secretario general del SOMA debe ser tonto, lo que no me consta, según comienzan a escribir colegas sin aportar por el momento prueba alguna. Me explico: Resulta que el ex sindicalista y ex político, el que quitó y puso gobiernos y cargos en Asturias en los últimos 30 años, un día se dio cuenta que tenía debajo de la cama un millón cuatrocientos mil euros en billetes metiéndolos en sacas y llevándolos a depositar en la sucursal de un banco. Ahí, por lo visto, le ficha la Agencia Tributaria que quiere saber la procedencia de dicho dinero que además fue colocado por su dueño en la amnistía fiscal de Cristóbal Montoro abonando el 10 por ciento al Estado.
Ya se que el de Tuilla está enfermo pero debería salir cuanto antes ante la opinión pública, por el escándalo creado, y ofrecer explicaciones. El Ministerio de Hacienda también debería informar sobre la marcha del expediente pero no, esto va a quedar una temporada en un pin pan pum en los medios de comunicación alimentados en el fondo por no se sabe bien quién con el consiguiente desprestigio no solo hacia el protagonista sino también hacia el SOMA y hacia el PSOE asturiano. ¿Le retirará el gobierno de Principado la medalla de Asturias que en su día le entregó el entones presidente Vicente Alvarez Areces?. Lo cierto es que la FSA y el SOMA se han dado una prisa de relámpago para suspender a Fernández Villa de militancia. Deben ser los nuevos aires que trae al vetusto partido -100 años de honradez- el políglota Pedro Sánchez del que me consta habla tres idiomas, castellano, francés e inglés, no como Mariano Rajoy que además del castellano solo domina el gallego.
En todo este lío también he escuchado en la radio la opinión del que fue buen amigo y mentor de José Angel Fernández Villa el hoy oscurecido Alfonso Guerra. Como no podía ser de otra manera se mostró impactado. “Nunca me lo hubiera imaginado“. Pues este bombazo de aquí a mayo no va a ser el único.