Los inculpables

Mariano Rajoy, presidente del Gobierno, toma el liderazgo de la crisis surgida tras el contagio por el virus del ébola de la auxiliar de enfermería de Madrid, a la sazón el que resulta ser el primer caso de contagio fuera de África.
Mariano Rajoy -como siempre hace en asuntos complicados- empieza a dar la cara cuando ya se vislumbra la posibilidad de achacarle la culpa del contagio a la propia contagiada que, supuestamente, tuvo la desgracia de que en un momento de su trabajo puso en contacto su piel con la vestimenta que había utilizado.
El Gobierno que él preside y sus más directos colaboradores en el ministerio de Sanidad -incluida la titular Ana Mato y los responsables en la Comunidad de Madrid- se auto eximen de culpa. Argumentan con descaro que habían puesto, por su parte, todos los elementos necesarios, tanto humanos como materiales, para que nada ocurriese; pero que no pueden hacerse responsables de un error humano (tocarse la cara con un guante al desvestirse). Por cierto, error que, excepto para el PP y los voceros de los medios de comunicación afines, incluso está sin esclarecer.
El Partido Popular esta desmantelando la sanidad pública: hay falta de medios, se cierran plantas y se transforman hospitales, se privatizan servicios, y la atención y los protocolos cada vez son más deficientes y, a la vista está, insuficientes. El asunto del ébola, y sus trágicas consecuencias para una profesional sanitaria, está demostrando la incapacidad manifiesta de nuestros gobernantes junto a la cobarde, manipuladora e insolidaria irresponsabilidad de achacar las culpas propias a quien posiblemente pierda su vida por ayudar a los demás. 
Con la colaboración del principal Partido de la oposición, que considera que no es el momento, aquí nadie dimite. Una vez más se demuestra la complicidad de "los inculpables".



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