Si el papa Francisco fuera Mariano Rajoy a estas horas el obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Pla -al igual que esta semana el Ministro de Justicia Alberto Ruiz Gallardón- ya tendría que haber presentado su dimisión por no saber cumplir con el trabajo encomendado y, sobre todo, por estar "infectado" por el virus del odio hacia sus semejantes. Reig Pla tiene todos los síntomas del masturbador compulsivo.
Hasta mediados del siglo pasado -y quizás hasta en fechas más recientes- había religiosos que, bien aprovechando sus púlpitos o bien desde sus puestos como "docentes" en colegios y escuelas, ligaban la masturbación al crecimiento físico de las personas: "si te masturbas corres el peligro de no desarrollar y quedar con una estatura pequeña".
Ahora esa teoría viene a confirmarla el "infectado" obispo, Juan Antonio Reig Pla, pero no aplicada a la estatura, sino al desarrollo intelectual. Reig Pla -que no gozó de mujer ni de hombre, que se sepa- tras una vida de masturbación tiene sin desarrollar suficientemente las partes blandas del cerebro relacionadas con la humildad, la comprensión, la empatía y el amor al prójimo.
El obispo de Alcalá de Henares es un insensato y un desleal. Si el papa Franciscofuera Mariano Rajoy, el masturbador compulsivo, Reig Pla, después de sus disparatadas y tendenciosas intervenciones ya habría sido desautorizado y no le quedaría más remedio que presentar su dimisión.
Juan Antonio Reig Pla está "infectado" por el virus del odio hacia sus semejantes, pero nunca se "infectará" por el virus del ébola, eso es para los currantes de la iglesia y el es un tecnócrata de cuello blanco en el organigrama de la institución.