Exito rotundo del primer concierto de Víctor Manuel para celebrar sus cincuenta años como cantante con sus amigos de “la ceja” en La Ería ovetense. Unas horas antes hizo un pregón sencillo y emotivo. Le felicito. Su amigo del alma, el Miguel Ríos, lanzó desde el balcón del ayuntamiento el chupinazo a través de un mando a distancia. ¡Manda huevos!. Mi espía preferida, la XPXIII, mucho más joven que yo, acudió al concierto -más de dos horas de pie- pero me certifica que mereció la pena. Especialmente por el cantante mierense y por su esposa Ana Belén por la que, seguro, no pasan los años.
Precisamente acabo de encontrar unas fotos de cuando allá por 1971 Víctor Manuel y Ana Belén visitaron, aún no estaban casados, los Mártires de Valdecuna. Hice un buen reportaje en colaboración con Luis Gancedo padre y Tito, periodistas de raza que mantuvieron durante años muy alto el listón de la información en el valle del Caudal junto con Leoncio Camporro en Aller. Recuerdo que la pareja aún eran novios y en un momento determinado en el que Víctor Manuel y yo quedamos solos al preguntarle si se iba a casar pronto no me puso buena cara. Unos meses después se dieron el “sí, quiero” en Gibraltar.
Ayer, entre las 10.000 personas asistentes al concierto, estaba el alcalde Agustín Iglesias Caunedo y la concejala Belén Fernández. Mi espía preferida, la XPXIII, me cuenta que de incógnito vio a Iñaqui Gabilondo, a David Trueba, a López Otín y al nuevo fichaje del Partido Popular Javier Vidal, ya jubilado como alto ejecutivo de la Sociedad General de Autores y muy amigo de Víctor Manuel de cuando éste era directivo de la SGA. A Javier Vidal la verdad es que le queda todavía un toque liberal. Hubo dos asturianos en el escenario, el veterano Chus Pedro, últimamente lanzado con el apoyo de la TPA de nuevo a la popularidad y el gaitero José Angel Hevia sobre el que cuento una indiscreción, y es que el bueno del maliayo se nos va a vivir a Santo Domingo. Hevia se casó 5 de mayo de 2044, precisamente el mismo día en que contrajeron matrimonio el entonces Príncipe Felipe y la periodista ovetense Letizia Ortiz, y lo hizo con una dentista dominicana, Rocio Polanco, quien por lo visto ahora lo lleva para su tierra en la que, por cierto, hay una importante colonia asturiana. Sin conocer exactamente los motivos, siento que Asturias en principio pierda a Hevia y su gaita electrónica. Asturias por una u otra razón está sufriendo una emigración importante, no solo de titulados universitarios. Lo que sí tengo seguro es que el amigo Hevia no perderá el contacto con su tierra en la que tiene tantos admiradores.
No se si a este segundo concierto asistirán nuestros destacados políticos. Ayer no me consta que acudiera ni Javier Fernández, ni Francisco Alvarez-Cascos y menos Mercedes Fernández. Por supuesto quien sí estuvo aplaudiendo fuertemente fue el concejal Emilio Huerta Triqui. Y es que además de comenzar a tener años estos políticos tan veteranos cada vez sienten más miedo de mezclarse con las multitudes. Los que si estuvieron, seguro, son los de Podemos de quienes Javier Fernández afirma rotundo que no tendrán la colaboración de los socialistas asturianos. Y es que al enemigo, ni agua.