Hasta hace poco, todos los seres humanos vivían confinados territorial e intelectualmente en espacios muy limitados. Ahora, aislados, pero con capacidad de ver y observar el mundo entero. En muy pocos años ha tenido lugar la transición de la vida rural, a la urbana, a la digital…
Ya, progresivamente, ciudadanos del mundo. Mujeres y hombres, todos juntos, todos distintos, unidas las manos y las voces para proclamar que el tiempo de la sumisión, de la soledad, del aislamiento, de la obediencia... a terminado.
En el mes de octubre de 1985 escribí: "Cuando me pidan / cuál es mi estirpe / diré que soy linaje / del universo entero, / de este cauce inagotable, / de esta urdimbre / de unidades / arracimadas, / de este tejido mestizo / grandioso, fecundo, y pasajero./ Hacia la sombra fluyo. / ¿Hacia la plenitud?/. La libertad está aquí / este es el único consuelo".
Ciudadanos del mundo, con conciencia global, con capacidad de expresión y participación, y progresiva influencia femenina en la toma de decisiones... que harán esclarecer, sin duda, los horizontes hoy tan sombríos.