Si yo pudiera regalaría una flor a todos aquellos que están necesitados de belleza y de inocencia.

         Si yo pudiera grabaría la palabra paz en el corazón de todos aquellos que dicen amar la guerra.

      Si yo pudiera recogería todas las penas de este mundo, las enterraría en el pozo más profundo de la tierra y lo taparía tan bien, que nunca más conseguirían salir de allí.

         Si yo pudiera crearía de nuevo el camino de regreso al Paraíso, para que empezáramos todos a vivir de nuevo limpios de pecado.

         Si yo pudiera borraría de todos los lenguajes la palabra enemigo, y la cambiaría por: amigo mío del alma.

         Si yo pudiera haría llover felicidad sobre la humanidad entera, para que nadie  quedara sin mojarse.

         Si yo pudiera extirparía la maldad existente en tantos cerebros y la cambiaría por bondad.

         Si yo pudiera cambiaría la codicia humana por generosidad humana.

         Si yo pudiera metería dentro de una nave estelar y los enviaría a la más lejana de nuestras galaxias a todos los que con sus mentiras estás asesinando la verdad.

        Pero si ninguno de estos nueve miríficos deseos míos puedo convertirlos en realidad, sí aspiro, por lo menos, a disfrutar de la amistad de todos aquellos que quieran ofrecerme la suya, a cambio de la mía.