Mientras agosto se nos va entre los dedos de un verano al que ya le va quedando poco recuerdo que el culebrón periodístico del mismo es atribuible al tenor cangües Joaquín Pixán que tuvo la humorada hace unos días de proponer modificar la letra del himnos de Asturias. Por supuesto antes debería pasar por encima de mi cadáver y del de otros muchos asturianos. Que no me toquen nuestro himno, singular, afectivo y del que me siento muy orgulloso, así lo cantaremos el viernes, día 5, en el auditorio Príncipe Felipe en el acto de entrega de las medallas de Asturias. Precisamente acabo de recibir un mensaje del asturiano que recibirá la medalla de oro, el padre Angel, congratulándose del acuerdo de paz alcanzado entre Israel y Hamas.
Me alegro que el presidente del Principado Javier Fernández no haya entrado al trapo del alcalde de Oviedo Agustín Iglesias Caunedo para dejarse bañar con un caldero de agua helada por mucho gesto solidario que suponga. El jefe del Ejecutivo asturiano ha dicho que declina la invitación del alcalde pero, lo importante, contribuirá de su bolsillo con unos euros a la causa. Siempre dije que Javier Fernández es un tipo serio.
Me cuentan que el cuasi jubilado Miguel Ríos dará el chupinazo desde el balcón del ayuntamiento ovetense para inaugurar las fiestas de San Mateo para a continuación pronunciar el pregón de las mismas su colega Víctor Manuel que cumple cincuenta años como cantautor. Los de la ceja se resisten a desaparecer aunque nada tengo que objetar a las dos actuaciones del cantante mierense. Las entradas están prácticamente agotadas y ello es síntoma del interés del respetable, pero, claro, lo de Miguel Ríos se me atraganta ya que aún recuerdo el día y la noche que nos dio hace años cuando vino a actuar en la plaza de toros y porque por la lluvia el escenario estaba mojado dio la espantada teniendo que ser detenido por la policía pasando una noche en chirona además de jurar y perjurar que jamás volvería a nuestra ciudad. Ya lo decía mi abuela, nunca digas de este agua no beberás. En definitiva, para mostrar mi disgusto no asistiré en la plaza de la Constitución al lanzamiento del cohete. Ya me bastó en su día con el pregón de Los Morancos. ¿Por qué nuestros políticos pierden la perspectiva de esta manera?.
Mi espía preferida,la XPXIII, ha descubierto la razón oculta de la visita de Angela Merkel a Santiago de Compostela y es que sus gurús económicos le han vaticinado que para finales de año la prima de riesgo de España estará por debajo de la alemana. Hoy la nuestra no superaba los 120 puntos. ¿Quien lo diría cuando no hace mucho alcanzó los 600?. Las razones son varias pero hay que quitarse la montera picona ante Mariano Rajoy y su equipo económico. Es cierto que sus medidas están haciendo devaluar bastante el Estado del bienestar pero a lo mejor no hay otro camino, digan los que digan los de Podemos. El que es un fenómeno es mi amigo Ander Azcárate, el caza autógrafos asturiano -tiene más de 8.000 en la cartera- que logró sendas rúbricas de Rajoy y Merkel, fotografía con ellos incluida.
Todos los años por estas fiestas me reúno en Oviedo con mi admirado colega Pepe Cadavedo, un pixueto universal del Pitu de Cudillero, afincado hace 40 años en Vigo desde donde domina todos los acontecimientos importantes de la gastronomía gallega y parte de extranjero. Como siempre me entrega dedicado el libro que cada año edita con recetas y establecimientos que dan brillo y esplendor al sector, artículos de destacados colegas incluidos, en este caso de Ramón Sánchez Ocaña. Tenemos un amigo en común, el empresario Ignacio García Rodríguez, y en esta ocasión llevamos al gran Pepe Cadavedo a conocer “La Máquina”, la catedral asturiana de la fabada, en Lugones. Su propietario Monchi, aunque ya jubilado -él negocio lo lleva ahora su hijo- hizo los honores, fotografía incluida ante la histórica máquina de ferrocarril que tiene en la entrada. Creo que para Monchi el que un experto como Pepe Cadavedo certificara la calidad de su fabada, plato universal de Asturias, es todo un acicate para continuar manteniendo el listón alto. Nada mejor que tener embajadores por esos mundos de dios que hablen bien de tu tierra y de sus productos.
