El próximo viernes, día 15, una serie de organizaciones langreanas han organizado en LangreHotel un encuentro de amigos con Rufino Roces García, que ha sido nombrado ciudadano ejemplar de Langreo. Será alas 20,00 horas y son el Colectivo Sociocultural de Mujeres”Las Filanderes”, la Orquesta langreana de Plectro, la Sociedad de Festejos y Cultura San Pedro y Langreanos en el Mundo, quienes convocan este encuentro al que, estoy seguro, asistirán unos cientos de vecinos para homenajear y compartir un buen rato con este langreano ejemplar que tan ha realizado en los últimos 50 años por la cultura del concejo.

A este felguerino nacido en 1939 en la entonces conocida por calle Marruecos, hoy de Manuel Suárez, el ayuntamiento de Langreo de manos de su alcaldesa Esther Díaz le ha dado la distinción de Ciudadano Ejemplar del concejo en base a sus méritos como tal en pro de la cultura y de la sociedad de esta comunidad de la cuenca del Nalón. Y es que Rufino Roces a lo largo de su vida –actualmente jubilado de ENSIDESA- siempre se ha volcado en su Langreo querido accediendo a colaborar en toda aquella iniciativa que sirviera para mejorar al pueblo y a sus habitantes.

De familia humilde él mismo no se explica como no murió cuando era pequeño del frío que pasaba en la buhardilla en la que vivía. “Creo que me ponían en una cuna revestida con hojas de panoya”. Tuvo tres hermanos a los que no conoció ya que fallecieron prematuramente “por lo que me convertí en un hijo único maleducado gracias a que el doctor Troncoso supo curarme cuando era aún un bebé”. Posteriormente la familia pasó al grupo San Pedro cuya habitabilidad era mucho mejor. Aunque Rufino Roces comenzó a estudiar en Gijón industriales, y se le daba bien, lo que realmente quería era trabajar, convenciendo a su padre y empezado como destajista en la construcción de la barriada de San Antonio. De allí pasó al horno de aceros de la Duro, que se construía donde hoy está Valnalón. Por mediación de Francisco Menéndez Magdalena, hermano de Dimas, que fue presidente de los empresarios asturianos, pasó a la plantilla de Viguetas Nalón ya como encargado pero la obligación de realizar el servicio militar le llevó a Ceuta, en tiempos de la guerra de Ifni –año 1962- lo que hizo que durante 16 meses estuviera durmiendo con el Mauser pegado al cuerpo, saliendo sargento pero negándose a reengancharse. Como estaba en zona de guerra como recluta su sueldo le sabía a gloria: 6.154 pesetas de aquellas al mes.

Al regresar de Africa Viguetas Nalón había cerrado por crisis y se encuentra en el paro, que ya existía, no es un invento de ahora. Tras unos meses de inactividad entra en COSUSA que estaba construyendo el polígono de La Moral hasta que decide presentarse a unas oposiciones para administrativo que convocó Duro Felguera. Eran 22 plazas para 400 y logró el número 13. Recuerda que el número uno fue el añorado Julio Blanco. Este langreano ejemplar terminó su vida laboral como jefe administrativo en ENSIDESA, habiendo sido el último en marcharse laboralmente de La Felguera para ir destinado como tantos otros a Veriña –ya UNINSA había sido absorbida por ENSIDESA-. Rufino Roces pese al traslado laboral continuó viviendo en la Felguera de sus amores y en 1959 comenzó su actividad cultural y recreativa con la Agrupación Musical Felguerina. Pronto contacta con la Sociedad de Festejos San Pedro, de la que fue varios años, a través de dos etapas, presidente, formando un extraordinario tándem con su buen amigo Antonio Fernández Velasco.

Creó y promocionó la Orquesta Langreana de Plectro y fue durante 15 años vicepresidente de la Fundación Marino Gutierrez, el prócer langreano que falleció en un accidente de automóvil y cuya viuda Sagrario Fernández Ariznavarreta puso en marcha, con la inestimable colaboración de Rufino Roces, esta fundación en memoria de su marido que tanto quiso y ayudó al pueblo langreano. No hace mucho le impuso la insignia de oro, mas que merecida, de la fundación.

Curiosamente Rufino Roces pese a sus inquietudes sociales nunca estuvo metido en política, salvo en una ocasión cuando las elecciones municipales celebradas en noviembre de 1970 en la que iba en una candidatura por el tercio familiar. Tal fue el chanchullo que hizo otra candidatura, la ganadora, relacionada con Ciaño y el Centro de Iniciativas del Nalón, que Rufino Roces apoyado por varios felguerinos distinguidos las impugnó, ganando en los tribunales por lo que, caso único, las elecciones fueron anuladas y, por tanto, la nueva corporación cuyo alcalde, creo recordar, era García Lago. Aquel pleito a Rufino y sus amigos les costó 35.341 pesetas, siendo el abogado Carlos Botas junior. Pagaron a escote pericote pero Rufino Roces no quiso saber más de política. A partir de ese momento centró su actividad en la música, los festejos y la cultura para bien de la población felguerina. Aunque no es pesimista le preocupa la actual situación del concejo que llegó a tener 70.000 habitantes y ahora no pasa de los 42.000. “Confío en que hayamos tocado fondo”. Esperemos que el ciudadano ejemplar tenga razón.