Animado como el que más por el buen tiempo que nos depara este final de julio enseguida me golpean las malas noticias. Y es que el director de la agrupación cultural “La Caravana del verso”, Joaquín de la Buelga, me comunica el fallecimiento de uno de sus miembros, el rapsoda Felipe Prieto, amigo de la infancia, y que desde hace tiempo venía luchando contra la enfermedad. Felipe Prieto era todo humanidad y asturianismo. Estudiamos juntos en Los Dominicos y mantuvimos la relación a lo largo de nuestros casi 70 años. Con una gran personalidad la modestia le vencía pero ello no era disculpa para que supiéramos de sus trabajos e iniciativas. Fue un gran artesano del cuero, con tienda la calle Arguelles, y le gustaba recitar lo que hizo cofundar hace unos años, junto con Joaquín de la Buelga, el citado grupo cultural, ahora de moda en Asturias. En fin, vamos ocupando la primera línea y algunos buenos amigos comienzan a irse. Felipe Prieto era uno de ellos. Descansa en paz.
Ayer tarde acudí al hotel Nature Oviedo, nueva etapa de lo que fue hotel M, ubicado en la esquina de la calle Real Oviedo con Comandante Vallespín. Sus nuevos dueños son el cangües Antón de la Puente y su socio el cabraliego afincado en México Tomás Alvarez. Abrirá sus puertas al público el próximo viernes. Es un hotel funcional, coqueto y bien situado. Ayer tarde nos reunimos con los nuevos propietarios unos cuantos amigos como el empresario Manolo Cosmen, el ejecutivo de RENFE Amador Robles, el encargado de turismo del ayuntamiento de Oviedo Marcelino Meana, la viuda de José Blanco, tía de Tomás Alvarez, el editor de “El Fielato” Borja Márquez y su esposa Carlota y otras gentes del oriente para celebrar el desembarco de esta iniciativa empresarial en la capital de Asturias.
Tomás Alvarez es un asturiano afincado en México de quien mi espía preferida, la XPXIII, me comenta es el representante en aquel país de los ordenadores Dell además de fabricar las cartulinas de los pasaportes, entre otras industrias, que un buen día quiso devolver a su tierra, Asturias, algo de lo mucho que ésta considera dio a sus padres, viniendo a invertir en el Principado en donde ya en unión de su socio Antón de la Puente se ha embarcado en interesantes aventuras en el sector servicios, destacando el proyecto de construcción de un pueblo asturiano en la localidad de Cofiño en el concejo de Parres.
Ese proyecto, en avanzada construcción, cuenta con una inversión cercana a los cinco millones de euros y la creación en el futuro de veinte puestos de trabajo fijos. Hotel, tiendas rurales, casas de labranza, todo lo que el visitante pueda esperar de la Asturias más tradicional entre Arriondas y el Fito, mirador emblemático que es visitado a lo largo del año por un millón de personas. Sin embargo, estos días el proyecto acaba de encontrarse con una inesperada piedra en el camino ya que el ayuntamiento de Parres les paralizado las obras argumentando, por lo visto, unas inexactitudes en la altura de una escollera. Parece ser que en el fondo ha sido una discrepancia entre abogados pero que ha obligado a la propiedad a enviar a los 40 trabajadores que allí tenían al paro. Como los tiempos no están para para parar obras -ello no quiere decir que comulgue con la ilegalidad- espero del buen hacer del alcalde de Parres José Marcos Gutiérrez Escandón solucione el problema lo más rápidamente posible. La propiedad tiene previsto inaugurar este pueblo asturiano en la próxima Semana Santa y, sin duda, va a suponer un buen atractivo, uno más, del oriente de Asturias, tan necesitado como el resto del Principado de este tipo de iniciativas.