Sequía: quién responde

Y como siempre, nunca aprendemos. La imagen de la gente pidiendo a gritos un poco de agua, de los animales muertos en las carreteras y en los campos, de los cultivos destruidos o consumidos por el fuego, una postal cruel, pero real del resultado de la poca previsión que aún existe en el país.

Y quién responde, se pregunta la gente en la calle. ¿El gobierno?, ¿las autoridades locales y seccionales?, ¿el Ideam?, ¿los corruptos, que se roban la plata de los acueductos?

Todos, por igual, tienen un grado u otro de responsabilidad, en este nuevo capítulo en el que la sequía cunde el pánico de los colombianos. El que en 20 departamentos, sus habitantes tengan ‘el gaznate más seco que estopa’, parodiando al maestro Pombo, es una muestra de que el cambio climático, el cuidado del medio ambiente y la protección de los recursos para los proyectos que en realidad importan, se toman tan deportivamente como un gol del gran James Rodríguez.

Y es que el propio Ideam, desde el mes de abril, había avisado sobre la alta posibilidad de que el país padeciera de la falta de agua, en regiones como la Caribe, y otras. Entonces. ¿Será que pensamos que el Ideam estaba exagerando con sus predicciones ‘apocalípticas’? ¿Será que dijimos: no el Ideam está actuando como el pastorcito mentiroso y decidimos no creerle? ¿Será que las autoridades locales, seccionales y nacionales, dijeron que eso del Fenómeno de El Niño y sus coletazos mortales, se solucionaba después del mundial de fútbol?

Pues, los mismos noticieros son los que muestran las duras consecuencias de la falta de compromiso político y social por el país y sus gentes, por los campesinos, por los mismos animales, que se murieron de sed, en cifras de hasta 30 mil cabezas de ganado, según cálculos de Fedegán.

Pero eso sí, los criminales de cuello blanco, aquellos que tienen como columna vertebral de vida el quedarse con lo ajeno, con los recursos económicos de las comunidades, esos sí hicieron su agosto, embolsillándose el dinero que se tenía para la construcción de acueductos, de pozos profundos, de soluciones más allá de los ya famosos carro-tanques, que ahora recorren las ciudades y campos, como si fueran la última panacea para saciar la sed de los cientos de miles de damnificados de la sequía.

Pero, es que este problema no es de esta temporada, como las series gringas y ahora, las colombianas. En La Guajira, por poner un ejemplo, se habla de la hambruna, de la sequía, de la desidia administrativa desde hace décadas, sin que haya solución a la vista, pero sí más de 4 mil niños muertos por la desnutrición.

Porque, este capítulo de la sequía será uno más dentro del maremágnum de situaciones que se viven en el país, como un círculo vicioso, este sí con más sed de venganza, una venganza cuyas únicas víctimas somos, como siempre, los colombianos del común, que vivimos son una sed incontenible, de soluciones inmediatas.



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