Dos amigas, ambas jóvenes, que han estado realizando compras, separadas, se encuentran en la calle, se detienen un momento y conversan.
—¿Cómo te las arreglas, Eugenia, para que tu matrimonio funcione tan bien?
—Tengo un sistema, Lauri.
—¿Puedo saber qué sistema es?
—Por supuesto. Cada vez que mi marido y yo nos enfadamos por cualquier cosa le digo: “Vamos a quitarnos la ropa, cariño, y lo hablamos en la cama”. Resulta infalible. Me funciona siempre.
—¡Qué astuta fuiste siempre, chica!
—Esto no es astucia, es estrategia, querida.