No sé porque el pasado fin de semana y a raíz de la elección del nuevo secretario general del PSOE me vino a la cabeza uno de los episodios más funestos de nuestra historia, conocido como “la pérdida de España”, una de nuestras primeras guerras civiles, cuando el conde Don Julián, gobernador de Ceuta, para vengar el ultraje sufrido por su hija Florinda “la Cava” , presta apoyo a los partidarios del fallecido Witiza y con la ayuda de los sarracenos derroca al último rey godo Don Rodrigo. El lance histórico en sí no tiene ninguna semejanza con el tema que motiva estas letras, salvo que los hechos ocurrieron en Andalucía, región que ha sido determinante para que un desconocido diputado suplente, Don Pedro Sánchez, sea ahora el nuevo secretario general del PSOE y donde votaron 33.433 militantes. Toda persona juiciosa y con un mínimo de información sabe que nuestro sistema político tiene que garantizar una necesaria estabilidad y ésta la han creado y favorecido especialmente dos fuerzas políticas de gran raigambre en nuestro territorio, que son el PSOE y el PP, partidos que han regido indistintamente los destinos de España y abanderado la Transición democrática, con más o menos fortuna. Por todo lo dicho no es ninguna sorpresa la preocupación que siempre genera en la población española la elección de los máximos responsables de ambos partidos , como es en este caso el PSOE.
A tenor de todo esto la pregunta que nos hacemos los españoles es si una Presidenta casi desconocida, por muchas aplausos que reciba de la prensa pedigüeña, con menos de un año en el cargo y con una autonomía donde florece la corrupción tanto como sus olivares puede ser el modelo que permita al PSOE ser realmente la alternativa de gobierno en España y es aquí donde surgen las dudas, pues las noticias que nos vienen de Andalucía hablan de Eres, de fraudes en los cursos de formación, de decenas de imputados, de corrupción sindical …y este es el reto que tiene la Presidenta Doña Susana Díaz, nuestro Muza actual y el nuevo Secretario General Don Pedro Sánchez, ejecutor Tarik, de perseguir la corrupción y combatirla aunque el pueblo andaluz, quizás por aquello de más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer, la haya apoyado en las últimas elecciones autonómicas al permitir que quienes la han generado continúen en sus cargos. ¿Motivos? ¿causas?...Seguro que los sociólogos tendrán muchas respuestas para el tema, pero, repito, el reto no es fácil, pues creo que por el bien de todos que ya va siendo hora que asimilemos que con la picaresca ni se subsiste ni se puede encarar el futuro con fuerza y ánimo.
La política debe fundamentarse en el sentido común y en la participación de los ciudadanos, algo que últimamente no se produce y que se debe impulsar con una nueva ley electoral que recoja las auténticas aspiraciones de la ciudadanía y una de ellas sería la creación de listas electorales abiertas, algo que se aireo por los acampados en la Puerta del Sol en mayo del 2.011 y que hoy pocos políticos se atreven a hacer suya. España necesita de fuerzas políticas responsables, serias, con sentido de Estado y que no expongan a los ciudadanos a tormentas innecesarias ( Consulta catalana, OTAN) en busca del voto fácil, y de esto ha habido mucho en la historia reciente de España donde se llegó a debatir la dignidad de los simios en el parlamento nacional y los temas graves y necesarios sin tocar, como la precipitada y reciente Ley de la Corona después de treinta y nueve años de existencia…Es deseable que el PSOE encuentre su líder, pero es más necesario aún que unifique su doctrina, sus principios, y que recuerde que España somos todos y que los españoles, según la Constitución en su capítulo segundo , somos iguales ante la ley en derechos y libertades, y esto es algo que no siempre se ha cumplido. La vida española exige claridad expositiva, coherencia, buen hacer, desterrar la mentira y los silencios cómplices, en resumen priorizar , precisar , trabajar y resolver problemas (desahucios express…) y sobran las generalidades como que “va a estar tan a la izquierda como quieran sus bases”, enunciada por el nuevo Secretario General, pues, por desgracia, para muchos españoles su única preocupación es si hay trabajo o no. El Sr. Pedro Sánchez , primer secretario general elegido por sus militantes – en palabras de Don Alfredo Pérez Rubalcaba-, va a tener la prueba del algodón con una sociedad civil que aunque aletargada empieza a cobrar protagonismo y a repartir premios y castigos, y ahora, que ya nadie tiene inmunidad ni valen las siglas ni el pasado, se aplaude o se castiga según se actúe, según se sintonice con el pueblo y éste no pide imposibles, sino un futuro digno. Las pasadas elecciones europeas de mayo han puesto fin al “silencio de los capitanes”.