No se trata de ese icono gastronómico que reúne en una sola olla ,carnes, verduras y legumbres, sino de una veraniega divagación sobre las arteras maniobras que se usan desde los poderes políticos, de todas las procedencias, para el adoctrinamiento uniforme de la sociedad y hacerla más débil frente a sus interesadas manipulaciones.
Alguna provechosa respuesta se podría sacar de la siguiente historia:
Cuentan viejas historias que érase una vez un pequeño pueblo cuyas gentes se alimentaban, preferentemente, de “puchero” Cada familia hacía su propia y distinta comida en un puchero, siempre dispuesto en el llar.
Sucedió que en un día de mercado llegó un “guru” y tras comprobar aquellos usos, convenció al alcalde y a otros miembros del concejo acerca de que mantener tal individualismo era un atraso muy costoso. Deberían suprimirse por ordenanza municipal los pucheros familiares y en su lugar construirse un gran puchero municipal, con lo cual se conseguirían grandes ahorros, ya que se consumiría menos energía y se obtendrían rebajas en la compra al por mayor de condimentos.
El “guru”, el alcalde y unos cuantos amigos del regidor ,desplegaron una gran actividad propagandista y tras un periodo de construcción bastante complicado el GPM (Gran Puchero Municipal) comenzó a funcionar ,previa ruptura de todos los PF (Pucheros Familiares).
El reparto de la comida originó continuos problemas. Había que regular tiempos de reparto que ocasionaron modificaciones sustanciales en los horarios .Se ensayó el suministro por tubería, pero los condimentos se quedaban en los codos. Ni siquiera la empresa municipal que había sido constituida con espléndidas oficinas, asesores, carruajes, ect. podía resolver las quejas que iban en aumento, tanto por la calidad de la comida como por su aburrida uniformidad. La indignación subió de tono cuando se supo que el “guru”, el alcalde y sus amigos, recibían raciones extra de comida y habían repartido los cargos de alguacil, matarife, enterrador y escribano entre sus familiares.
Todo justificado en nombre del “puchero comunitario”
Esta fábula la contó Lusato , ,con ocasión de los primeros planteamientos culturales del uso de la informática , como advertencia de que la información centralizada, es un riesgo y una amenaza a la libertad e intimidad.
Volviendo a la peripecia de aquellos vecinos, se cuentan distintos finales, pero el que tiene más aceptación refiere que acabaron amotinándose y cierto día acudieron a la plaza con sus garrotes y dieron cumplida cuenta del Gran Puchero Municipal
Hoy todos parecemos ciudadanos de la Aldea Global, en la que surgen pucheros con cocineros de difícil identificación ,anulando nuestras débiles ollas. Monstruos de las comunicaciones , tirititeros de pantallas televisivas, voceras con cátedra y sin ella,“googles”, trilaterales, redes unidireccionales, gobiernos democráticos y otros, administraciones públicas, salvadores del mundo y hasta del barrio, quieren imponer su propio pensamiento ,cuanto más anestesiante mejor, para que se restrinja la capacidad de decidir por uno mismo.
El admirado Alvín Toffler repudió siempre estos instrumentos de adoctrinamiento de la sociedad industrial y postindustrial. En su Tercera Ola advierte de que el empuje totalitario puede venir incluso desde las urnas o de políticos populistas, y por lo tanto hay que avanzar en una democracia anticipativa, haciendo presión desde abajo para evidenciar a muchos líderes políticos el grado de desviación que mantienen con la sociedad civil.
Combatir los GP ( Grandes Pucheros) es luchar por la libertad de expresión y el derecho de la gente a contar sus ideas, aunque sean heréticas.
Esta historia ya la contó el “ventanal” en otra ocasión ,pero conviene recordarla cuando por la plaza aparecen nuevos libertadores.
jlpoyal@telecable.es