Llevo mucho tiempo retrasándolo. Han sido numerosas las veces en que me propuse hacerlo, pero alguna urgencia acuciante me ha obligado a posponerlo. Pero de hoy no pasa. Hoy voy a hacerlo y, más concretamente, lo haré en este mismo momento. Así que en este mismo momento le rindo un extraordinariamente admirado, agradecidísimo homenaje a mi corazón, por todos los titánicos esfuerzos que le he exigido hacer a lo largo de mi vida azarosa y aventurera, por los continuos sufrimientos y malos tratos que vengo causándole, y a pesar de todo ello, demostrándome una fidelidad y un amor insuperables que de ninguna manera merezco, él sigue fielmente trabajando para mí sin más recompensa que la de formar parte de mi desgastada naturaleza. ¡Corazón mío, te quiero, te admiro y te necesito desesperadamente! No me abandones hasta que fuerzas mayores, ineluctables, te obliguen a ello imposibilitándote continuar por más tiempo siendo mi imprescindible colaborador.