Ya escribí, queridos lector@s, en distintas ocasiones, que llegado el momento en el que Don Felipe accediese a la Jefatura del Estado, asumiendo al tiempo la Corona del Reino de España, se produciría una derivada histórica para este Principado, ya que la próxima Princesa de Asturias estará ligada directamente a la tierra que, Reino fundador en su siglo, cedió trono y corona a Castilla con el compromiso sellado de que los herederos de la Corona de España habrán de ser, como reconocimiento a esa legimitad histórica, Príncipe de Asturias.
La economía no vive de viejos títulos o dignidades de pergamino, cierto, pero no lo es menos que despreciando hechos relevantes como que la Junta General o la Universidad son de las primeras en su género en Europa, y el hecho mismo de que el Principado lo es por su condición previa de Reino, despreciándolo, digo, no sólo no se gana un real, nunca mejor dicho, sino que se pierde en favor de otros, y no hay más que ver cómo nuestros vecinos gallegos se apropiaron ya hace tiempo de los reyes de Asturias para su propio palmarés, por el simple expediente de no aclarar de dónde eran reyes. Y así nos va....
Dicho ésto, me parece inteligente la decisión de Don Juan Carlos, ya que si alguien puede recuperar para la institución monárquica el aprecio popular acaso perdido es un joven de nuestro tiempo, de la misma edad que tantos y tantos que no acaban de ver retirarse a los mismos actores desde hace cuarenta años, lo que los sitúa más cerca de los 80 que de los cincuenta, cuando los que dirigen esta sociedad deberían de estar por los 40.
No lo tendrá fácil Don Felipe. Pero es un joven, insisto, de su tiempo, comprometido con la sostenibilidad, sensible a la ecología y y la redistribución de los recursos, austero como tantos coetáneos suyos que aprecian mas las cosas que verdaderamente importan que las que proporciona el capricho del dinero. Sin duda, además, está 'viajado' y 'estudiado' y, a qué negarlo, tiene una planta magnífica, que para eso de la representación internacional tiene su aquéllo.
Esta misma tarde la plaza de la Escandalera acogía una populosa manifestación en pro de la República, algo de lo que se oirá hablar mucho estos próximos meses, y años, porqué no, y con todo derecho, faltaría más pero, personalmente, soy de los que opina que salvo por el hecho de que los electores los eligen con su voto, que sí, que no es poco, en las presidencias, y ahí tenemos las vecinas, acaba sentándose cada joyita que mete miedo.
Como soy un romántico incurable, no puedo olvidarme del Príncipe con sus doce añinos en Covadonga y el Campoamor. Igualmente espero que él no se olvide de Asturias. Lo de la República lo hablamos cuando tengamos listas abiertas y desbloqueadas. No vaya a ser como ahora, que nos meten todos los forros por la misma...lista.