Hombre sabio

Tengo un amigo al que considero sabio. Su mujer y él son un ejemplo digno de admiración. Nunca discuten, nunca están en desacuerdo, dan muestras de una convivencia absolutamente perfecta.

         Un día le pregunté cuál era el secreto de la admirable relación que él y cónyuge mantienen y mi amigo me lo explicó con absoluta sinceridad:

         —Verás, compañero, mi mujer y yo estamos siempre de acuerdo en todo porque uno de nosotros piensa siempre por los dos.

         Entendí tan bien su fórmula, que nunca más, en mi trato con las mujeres, he vuelto a hacer uso de mi pensamiento y me he llevado y me llevo de maravilla con todas ellas.



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