En horas recientes el ruido mediático está siendo ensordecedor. La liturgia del futbol, elevada hasta el paroxismo, junto al vaciamiento de los mítines finales de las elecciones europeas, han dejado a un lado, no ya el comentario, sino la suficiente información, sobre hechos del acontecer nacional que son significativos y que pueden tener consecuencias de alcance general.
Nadie discute que el futbol alcanza conjunciones galácticas, como diría una exministra de Rodríguez Zapatero. También que votar para mejorar la Unión Europea, debiera ser parte del convencimiento individual para contribuir a que la UE se asiente como la institución necesaria que ponga termino final a las guerrascivilistas, de todas las clases, que periódicamente enfrentan a los europeos y, además, promover que supere la tentación de convertirse solamente en un espacio económico.
Pero se ha distraído a la opinión pública con miles de noticias futboleras, muchas veces irrelevantes, y también se ha hurtado a la atención ciudadana hechos que pudieran estar condicionando el resultado de las votaciones europeas, sustituyendola por debates sobre el “machismo”.
Viene a cuenta esta reflexión, por el escaso interés que ha suscitado la intervención del Rey, en su último viaje a Barcelona, con ocasión de la entrega de credenciales a los jueces de la promoción. Don Juan Carlos pidió, delante de Artur Más y los presidentes del Tribunal Constitucional, Tribunal Supremo y CGPJ, respeto y lealtad a la Constitución, como fundamento de la legalidad y la convivencia. Para algunos esta advertencia de la Corona no pasa de un lugar común, por que no valoran que es una ocasión, buscada de forma solemne, para avisar de su apoyo institucional a las acciones constitucionales que impidan el referendo soberanista del 20 de Noviembre.
Informaciones de fuentes tenidas como creíbles, señalan que desde Zarzuela se está alentando la puesta en marcha de una llamada tercera vía que conllevaría un reconocimiento de Cataluña en alguna forma parecida al País Vasco y Navarra, incluyendo una reforma controlada de la Constitución a través de un proceso constituyente que se iniciaría en 2015.
Los mismo medios apuntan que en el plan están interviniendo Felipe González, Javier Solana, Roca ,Herrero y Rubalcava. Respecto a Rajoy, su aprobación exige que previamente Artur Más desconvoque el referendo, rebaje la tensión ahora mismo, sin nuevos desafíos como la anunciada Diada del 11 de Setiembre.
Es muy difícil tomar el pulso a lo que está ocurriendo en Cataluña y adelantarse a lo que puede suceder en los próximos meses, si Artur Más mantiene su intención de forzar a Rajoy a plantear la aplicación del artículo155 de la Constitución, suspendiendo competencias de la Generalidat, lo cual animaría a los independentistas a promover situaciones de rebeldía civil con consecuencias imprevisibles.
Por algunos círculos anda una amplia rumorología que incluye una exitosa mediación de Duran i Lleida, la dimisión de Artur Mas al mismo tiempo que se anula el referendo y se convocan elecciones anticipadas. Incluso se añade que Jordi Puyol se apuntaría a la operación para rebajar la tensión en CIU, tal como piden sectores muy importantes de la sociedad catalana que temen a ERC.
Si los buenos oficios del Rey consiguen que el problema catalán entre por una hoja de ruta que desactive el independentismo, aún a costa de algo parecido a una segunda transición, habrá añadido un nuevo capítulo de reconocimiento ciudadano a la Corona.